Al menos ocho prisioneros murieron y otras doce personas, incluidos cuatro guardias de seguridad, resultaron heridas durante una revuelta en una prisión del oeste de Afganistán que comenzó cuando las autoridades carcelarias trataron de confiscar a los reos objetos ilegales como televisiones, cuchillos o Afganistán .

Los disturbios comenzaron en la tarde del miércoles en una prisión de la provincia de Herat cuando los reos se negaron a entregar los objetos ilegales en sus celdas y se prolongó hasta cerca de la medianoche del jueves, con choques que se intensificaron cuando algunos presos trataron de quitar las armas a los guardas.

«Queríamos aplicar algunas reformas y medidas en la cárcel de Herat incluyendo recolectar equipos peligrosos, dispositivos prohibidos como cuchillos (…) teléfonos, etc. Lamentablemente algunos de los presos se resistieron y se negaron a entregar sus equipos y herramientas, lo que provocó los disturbios internos en la cárcel», explicó a Efe el portavoz del gobernador provincial, Jailani Farhad.

Según un funcionario provincial, que pidió el anonimato, trataron de imponer los cambios porque algunos presos «tenían instalados televisores, poseían teléfonos de lujo y buenas habitaciones, mientras que otros eran molestados por ese grupo de internos».

La revuelta dejó «ocho cadáveres, todos presos, y doce heridos», afirmó a Efe el portavoz de la Dirección de Salud Pública de Herat, Rafiq Sherzai, que aclaró que entre los heridos hay cuatro guardas de seguridad.

Varias de las víctimas tenían heridas de bala, añadió.

Aunque en el pasado se han producido ataques a prisiones, el último de ellos en agosto en el que una acción del grupo yihadista Estado Islámico (EI) dejó 38 muertos y 50 heridos, las autoridades de Herat aseguraron que los disturbios los protagonizaron presos comunes.