Los partidos de la derecha en Italia han pedido hoy que el gobierno cierre los puertos a los migrantes, después de que se haya conocido que el terrorista que esta mañana asesinó a tres personas en la basílica de Notre Dame de Niza es un tunecino que llegó a las costas de la isla italiana de Lampedusa en septiembre en una barcaza junto con otros más.

«Cerremos los puertos», ha pedido el líder de la ultraderechista Liga y exministro del Interior, Matteo Salvini, en un vídeo en las redes sociales, en el que ha exigido la dimisión de la actual ministra del ramo, Luciana Lamorgese.

Según la agencia italiana Adnkronos, el terrorista es Brahim Aoussaoui, de 21 años, quien llegó a Lampedusa el pasado 20 de septiembre, el mismo día en el que una veintena de barcazas con principalmente tunecinos a bordo también alcanzaron sus costas.

Estuvo a bordo de otra embarcación en las costas de Lampedusa durante dos semanas de cuarentena, medida que Italia impone a los migrantes rescatados para prevenir los contagios por coronavirus, y el 8 de octubre fue trasladado a un centro de acogida de la ciudad meridional de Bari.

La Fiscalía de Agrigento (Sicilia, sur) abrió una investigación en su contra por posible complicidad e incitación a la inmigración ilegal y poco después le fue notificada una orden de expulsión del territorio italiano, según las mismas informaciones.

Las autoridades italianas y los servicios de inteligencia están ahora reconstruyendo sus movimientos posteriores, pero en el país se ha desatado la polémica y el caso ha recordado al de Anis Amri, el terrorista tunecino que en diciembre de 2016 irrumpió con un camión robado en un mercadillo de Berlín y atropelló a la multitud, y que también llegó a Lampedusa en barcaza.

Amri huyó de Alemania a Italia de nuevo tras el atentado y murió en un tiroteo con dos policías a las afueras de Milán.

La información de que el terrorista de Niza llegó a Lampedusa ha servido para que Salvini y el resto de partidos conservadores critiquen la política migratoria del Gobierno.

«La imagen de Italia está hoy en las televisiones de todo el mundo, desde Francia a Estados Unidos, de Brasil a Alemania, de Australia a Reino Unido, porque el terrorista (…) llegó en una barcaza a Italia. ¿Y qué hizo el Gobierno?, ¿lo detuvo, lo identificó? No», ha dicho Salvini, que bloqueó a los barcos de ONG con migrantes a bordo cuando fue ministro del Interior entre 2018 y 2019.

Aprovechó para reivindicar su política de puertos cerrados cuando estuvo en el Gobierno, acciones por las que está acusado por la Justicia del país de delitos de secuestro de personas.

En la misma línea se ha mostrado la líder de la formación conservadora Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, quien ha dicho que si se confirma que el terrorista llegó a Europa por Lampedusa «sería de una gravedad sin precedentes y expondría» a Italia «al riesgo de aislamiento».

«¿Por qué no se realizaron los controles adecuados? El terrorismo no se puede combatir con una recepción indiscriminada», denunció, por su parte, la portavoz de Forza Italia (centroderecha) en el Senado, Anna Maria Bernini.

El alcalde de Lampedusa, Totò Martello, que en el pasado se ha mostrado a favor de la acogida de migrantes, ha opinado que «el camino recorrido por el atacante antes de llegar a Francia confirma que el mecanismo de gestión de los flujos migratorios necesita reglas compartidas a nivel comunitario y controles más exhaustivos».

El autor del ataque en Niza fue arrestado por la policía municipal y se encuentra hospitalizado tras haber resultado herido durante su detención.