Una paloma mensajera llamada New Kim de la provincia belga de Amberes se ha convertido en la más cara del mundo, después de que un coleccionista sudafricano pujara 1.310.000 de euros por el espécimen, que custodia una empresa de seguridad y que ha superado los 1.252.000 que un chino pagó en 2019 por Armando.
El animal salió a subasta en la venta en línea que desde el lunes organizada la empresa belga Pipa Piegon Paradise, que ponía en el mercado un catálogo de 445 aves.
La escalada de precios por New Kim tuvo lugar el mismo lunes, cuando en 1 hora y 29 minutos se sucedieron 236 pujas hasta que el marcador se detuvo en 1.310.000 euros con la oferta de Samuel Loft, establecimiento fundado por Samuel Mbiza que cría palomas a unos 30 kilómetros al sur de Johannesburgo.
La venta no concluye hasta el 15 de noviembre, con lo que una nueva puja todavía podría superar a la oferta récord del sudafricano, si bien es poco probable y medios belgas como el diario «DH» la consideran virtualmente ganadora.
La operación también podría frustrarse, aunque los organizadores exigen que el interesado deposite antes el 20 % del total de la oferta si esta supera los 500.000 euros, con lo que el comprador perdería más de 300.000 euros si se echa atrás.
Progenitora de otra gran campeona como Sella y medio hermana de la también laureada Selleke, New Kim es una hembra azulada de 2 años y medio con un nutrido historial de victorias en corta, media y larga distancia, es decir, recorridos de entre 100 y 800 kilómetros en una jornada a una velocidad media de unos 80 kilómetros por hora.
LA TRADICIÓN BELGA DE LAS PALOMAS MENSAJERAS
El ave, que pertenece a los criadores de la localidad de Berlaar Gaston y Kurt Van De Wouwer, padre e hijo, ha desbancado a otro ejemplar belga, de nombre Armando, por el que un aficionado chino abonó 1.252.000 euros en 2019 a los criadores del establecimiento Joel Verschoot. El récord precedente lo tenía Nadine, con 400.000 euros.
Los propietarios de New Kim han dominado durante años las carreras de palomas en Bélgica, país de gran tradición, y ahora venden su colección al completo, con lo que «una impresionante era en el deporte belga de las palomas llega a su fin», indicó la casa de subastas.
«El impacto que la fantástica dinastía Kaasboer ha dejado en el mundo no es sino espectacular. Venden cada una de sus palomas, no quedará ni una sola en Berlaar», agrega en su página web Pipa Piegon Paradise, en referencia a la raza en la que están especializados los propietarios, que ya en 2014 vendieron unas 300 palomas por medio millón de euros.
Los expertos explican que al adquirir un ejemplar de prestigio el comprador no busca que siga compitiendo, sino utilizarlo para la reproducción.
El récord de New Kim es excepcional, por su pedigrí y el palmarés de victorias que atesora, pero muchas de las palomas en la venta se colocan por precios de entre 500 y 3.000 euros.
En Bélgica existe una gran tradición de palomas mensajeras, un pasatiempo a menudo familiar que se conoce como colombofilia y que cuenta con unos 21.000 aficionados en el país, lo que ha llevado a la Federación belga a plantearse solicitar su reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
El dinero que mueve la colombofilia y la alta cotización de los ejemplares, que en las granjas belgas de prestigio superan fácilmente el millar de euros cada uno, han hecho que la Federación haya tomado medidas antidopaje en las competiciones y que hayan proliferado organizaciones criminales dedicadas al negocio de aves.
A inicios de este año, la justicia belga condenó a 30 meses de cárcel y daños y perjuicios por 320.483 euros a tres integrantes de una mafia que en 2016 robaron a los criadores Ranst Frans Bungeneers un total de 55 palomas, entre ellas las campeonas Iron Lady y Illy, con el objetivo de introducirlas en el mercado clandestino de la reproducción de palomas de Rumanía.