Azerbaiyán y Armenia acordaron hoy bajo la mediación de Rusia poner fin a la guerra en Nagorno Karabaj tras más de 40 días de combates que se saldaron con centenares de muertos civiles y militares, paso que en Ereván ha sido recibido como una «traición» del primer ministro, Nikol Pashinián.

El presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, y el jefe del Gobierno armenio firmaron junto al líder de Rusia, Vladímir Putin, una declaración en la que «declaran un completo alto el fuego y un cese de todas las hostilidades» en la zona de Nagorno Karabaj a partir de las 01.00 hora local (21.00 GMT del lunes), según informaron en paralelo desde sus respectivas capitales los tres mandatarios.

El acuerdo se selló después de que el Ejército azerbaiyano liberara en las últimas horas Shushi -o Shushá para los azeríes- la segunda ciudad más importante del territorio, que es internacionalmente reconocido como Azerbaiyán pero poblado y controlado por armenios.

Las Fuerzas Armadas azerbaiyanas avanzaron además hacia la capital del Karabaj, Stepanakert -o Jankendi para Azerbaiyán-, que se encuentra a solo 11 kilómetros de Shushi.

UN ACUERDO DOLOROSO PARA ARMENIA

«El texto de la declaración es muy doloroso, personalmente para mí y para nuestro pueblo. Tomé esta decisión tras un profundo análisis de la situación militar y una valoración de personas que tienen un mayor dominio de la situación», dijo Pashinián.

Según Pashinián, firmó la declaración debido a su convicción de que esta es «la mejor solución en la situación creada».

Alíev por su parte señaló que «la fase militar concluye, y pasamos a la fase de solución política».

«Se trata de la variante más ventajosa para nosotros. De hecho se trata de una capitulación militar de Armenia», declaró en un mensaje a la nación el presidente azerbaiyano.

Desde Moscú, el presidente ruso especificó que el acuerdo establece que ambas partes se mantengan en las posiciones ocupadas en estos momentos mientras que un contingente de mantenimiento de paz de Rusia es desplegado en la línea de contacto en Nagorno karabaj y a lo largo del corredor que conecta el enclave separatista con Armenia.

CASI 2.000 PACIFICADORES RUSOS Y UN CALENDARIO DE RETIRADA

En total, según el Ministerio de Defensa, Rusia enviará 1.960 militares, 90 vehículos armados y 380 unidades de automóviles y equipamiento especial al Karabaj.

Los primeros aviones de transporte militar Il-76 ya han partido desde el aeropuerto de Uliánovsk.

Alíev señaló a su vez que también Turquía, que ha apoyado a Bakú en el conflicto, participará junto a Rusia en la tarea del mantenimiento de la paz.

El mandatario señaló que el acuerdo firmado contempla la retirada del Ejército armenio de tres regiones: el distrito de Agdam, antes del 20 de noviembre, la región de Kalbajar, antes del 15 de noviembre, y la región de Lachín, antes del 1 de diciembre.

Alíev dijo recientemente en una entrevista a Efe que parará inmediatamente la guerra si Pashinián le entregaba un calendario preciso de retirada de estas regiones.

Eso sí, en la última de estas tres regiones Ereván se reservará un corredor de cinco kilómetros de ancho para garantizar la comunicación del enclave separatista con Armenia

Shushi, que está ubicada en la región de Lachín, quedará bajo control de Bakú.

Alíev sostuvo que en los próximos tres años se definirá un plan de construcción de una nueva ruta a través del corredor de Lachín que garantice la comunicación entre Stepanakert y Armenia.

Rusia controlará las vías de transporte en la zona con la ayuda del Servicio de la Guardia Fronteriza, de acuerdo con Putin.

REGRESO DE DESPLAZADOS Y REFUGIADOS

Señaló que los desplazados internos y los refugiados regresarán al enclave separatista y las regiones aledañas «bajo control del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados».

Además, Armenia como Azerbaiyán intercambiarán prisioneros y caídos en combate.

«Consideramos que los acuerdos alcanzados crearán las condiciones necesarias para una solución a largo plazo y completa de la crisis de Nagorno Karabaj sobre una base justa y en interés de los pueblos armenio y azerbaiyano», sostuvo el mandatario ruso.

Mientras en Bakú se celebraba en las calles el acuerdo con cánticos como el «Karabaj es nuestro», «Karabaj es Azerbaiyán», en Ereván la situación era muy distinta esta madrugada.

IRA DE ARMENIOS EN EREVÁN

Cientos de armenios iracundos irrumpieron en la sede del Gobierno y el Parlamento para reivindicar a gritos que no entregarán el enclave a Azerbaiyán.

«Pashinián traidor» o «no entregaremos Artsaj», nombre armenio de Nagorno Karabaj, gritaron los congregados en la Plaza de la República de Ereván.

Además de entrar en la sede del Gobierno, donde provocaron destrozos e incluso algunos entraron en la oficina de Pashinián, y en el Parlamento para exigir que el primer ministro se reúna con ellos, algunos armenios se acercaron las residencias donde viven Pashinián y su familia provocando un enfrentamiento con la Policía.

El presidente de la Asamblea, Ararat Mirzoián, fue sacado violentamente de su coche oficial y golpeado, tras lo cual fue ingresado en un hospital.

La oposición parlamentaria, especialmente «Armenia Próspera», pretende convocar una sesión extraordinaria para obligar a Pashinián a anular el acuerdo firmado, según dijo la diputada Naira Zhorabián.

El líder armenio, en el poder desde 2018, aseguró que no ha abandonado el país y que sigue «haciendo su trabajo como primer ministro de la República de Armenia».

Por su parte, el presidente armenio, Armén Sargsián, declaró que iniciará consultas políticas con el fin de acordar decisiones para proteger los intereses nacionales.