Los rebeldes hutíes del Yemen aseguraron este lunes haber alcanzado con un misil una instalación petrolera de la compañía estatal saudí Aramco en la ciudad portuaria de Yeda, en el oeste de Arabia Saudí, aunque de momento Riad no ha confirmado el ataque.

«Con la ayuda y el apoyo de Dios, la fuerza de misiles fue capaz de impactar en una estación de distribución de Aramco en Yeda con un misil alado, Quds-2», aseguró el portavoz militar de este movimiento insurgente chií, Yehia Sarea, en su cuenta de Twitter.

«El impacto fue muy preciso, y ambulancias y camiones de bomberos acudieron rápidamente al lugar alcanzado», añadió.

El Gobierno de Arabia Saudí no ha reaccionado hasta ahora a esta afirmación ni ha informado sobre ningún ataque a sus infraestructuras ni de posibles heridos o fallecidos.

Esta supuesta agresión se habría producido en la madrugada del lunes, pocas horas después de que concluyera una cumbre telemática del G20 organizada desde Riad por Arabia Saudí, presidente de turno del grupo, y mientras se encontraba en el país de visita oficial el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.

Sarea advirtió a los ciudadanos y compañías extranjeras que operan en Arabia Saudí que no se acerquen a instalaciones petroleras de este país.

«Nuestras operaciones continúan y deberían mantenerse alejados de instalaciones vitales», escribió en la red social el portavoz militar de los hutíes.

Este grupo apoyado por Irán controla amplias partes del norte y el oeste de Yemen, incluida la capital Saná, tras arrebatársela al gobierno internacionalmente reconocido entre 2014 y 2015 y se enfrenta desde entonces a una coalición de países árabes encabezada por Arabia Saudí forjada en apoyo al presidente yemení Abdo Rabu Mandur Rabo.

Mientras en este país del extremo suroccidental de la península Arábiga se enfrenta al ejército yemení, apoyado por la coalición árabe, lanza continuos ataques con misiles y drones teledirigidos contra la vecina Arabia Saudí.

El pasado mes de septiembre los hutíes aseguraron haber atacado dos destacadas plantas de Aramco, provocando la suspensión del 50 % de la producción de crudo saudí, pero Riad desmintió su autoría y apuntó a Irán.