Brasil pretende desarrollar un misil de crucero de largo alcance para equipar los 36 cazas de combate Gripen (F-39) que le encomendó al fabricante sueco SAAB, de los que recibió el primero en septiembre, informaron este martes fuentes oficiales.
El desarrollo del futuro misil fue objeto de un memorando de entendimiento firmado el lunes por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y la Avibras Industria Aeroespacial, fabricante brasileño con larga experiencia en la producción de este tipo de armas, según un comunicado divulgado hoy por el comando de la Aeronáutica.
El objetivo del acuerdo es poder desarrollar un misil de crucero de largo alcance de tecnología totalmente brasileña, con propulsión basada en motor a reacción y que pueda ser lanzado a partir de plataformas aéreas.
El documento firmado formalizó la intención de Avibras de desarrollar una familia de misiles de crucero para los nuevos aviones de combate y la oferta de la Fuerza Aérea de contribuir en el proyecto con su experiencia y conocimientos.
El acuerdo busca el desarrollo de «un producto confiable, eficaz y de tecnología de punta que pueda atender las necesidades operacionales de la Fuerza Aérea», según el comunicado.
«Se trata de un marco para la Fuerza Aérea ya que este documento sintetiza todo lo que hemos pensado y discutido, y ahora estamos dando los primeros pasos para ponerlo en práctica», afirmó el comandante de la Aeronáutica, teniente brigadier del aire Antonio Carlos Moretti Bermudez.
De acuerdo con el oficial, este es uno de los principales proyectos estratégicos de la FAB para los próximos años, ya que prevé un producto «para uso real de un avión de guerra, que es el F-39 Gripen.
«Ahora vamos, de hecho, a trabajar en un proyecto que hará la diferencia para el país», dijo por su parte el presidente de Avibras, João Brasil Carvalho Leite.
Brasil encomendó 36 aeronaves de una versión especial del avión de combate Gripen, que fue desarrollada por la SAAB en conjunto con el fabricante brasileño de aviones Embraer.
Tras un primer lote de aeronaves fabricadas en Suecia, la producción será trasladada a las plantas en Brasil de Embraer, principal beneficiario del acuerdo de transferencia de tecnología que SAAB firmó con el Gobierno brasileño.
La FAB, que recibirá todas las unidades encomendadas hasta 2026, sustituirá varios de los cazas de su flota, principalmente los F-5 y los Mirage 2000, que ya están obsoletos.
SAAB se adjudicó en 2013 el contrato por 5.400 millones de dólares para venderle los 36 cazas a Brasil en una licitación en la que también compitieron los Rafale de la empresa francesa Dassault y los FA-18 Súper Hornet de la estadounidense Boeing.