El movimiento a la deriva del iceberg A-68A se convirtió en una amenaza, por la posibilidad de que impacte contra la isla Georgia del Sur. Sin embargo, las últimas imágenes satelitales mostraron que está girando y potencialmente se está moviendo hacia el oeste, con lo que evitaría el impacto, según publicó la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con las imágenes de la misión Copernicus Sentinel-1 recabadas el 25 de noviembre, el iceberg, que estaba a unos 255 kilómetros de la isla, ha girado hacia el oeste del territorio de posesión británica, pero cuya soberanía es reclamada por Argentina.
La ESA detalló que de haber continuado su rumbo hacia Georgia del Sur y alcanzado su costa se hubiera convertido en una amenaza para pingüinos y focas, ya que bloquearía el acceso al océano de los animales, que lo necesitan para alimentarse. Además, sería perjudicial para los ecosistemas marinos, ya que podría aplastar animales y plantas en el fondo del mar.
El iceberg A-68A, tiene una longitud 160 kilómetros de largo y 48 kilómetros en su punto máximo de anchura, lo que lo vuelve varias veces mayor que el área de Londres. En el 2017 se separó de la barrera de hielo Larsen, en la península antártica, considerada la parte más cálida del continente y desde entonces comenzó a desplazarse impulsado por las corrientes marinas.
Aunque la última información recabada muestra que no se produciría el impacto con la isla Georgia del Sur, un cambio de dirección en las corrientes podría volver a convertirlo en una amenaza.