La canciller alemana, Angela Merkel, se despojó de su habitual sangre fría ante el Parlamento (Bundestag) y pasó de las cifras de muertos por la pandemia a aludir al destino del abuelo, como víctima fatal de los contactos navideños.
«Si ahora tenemos demasiados contactos y luego resulta que ésta fue la última Navidad con los abuelos será que tal vez algo hicimos mal«, afirmó la líder alemana durante el debate sobre los presupuestos del Estado, con la voz entrecortada y tras suplicar «prudencia» ante una pandemia que no da tregua.
«Lo siento, de corazón, por todos aquellos que sufren la dureza de la situación«, añadió, sobre la decisión adoptada la semana pasada entre su gobierno y los poderes regionales para prolongar las restricciones vigentes hasta el 10 de enero.
Ello implicará mantener cerrada la gastronomía, el ocio nocturno, la totalidad de la vida cultural y las actividades deportivas en espacios cerrados. «Es duro«, admitió. «Pero 590 muertos en un día no es una cifra aceptable«, sentenció.
El debate del Bundestag se producía en el día en que se reportó otra cifra máxima de víctimas mortales en el país -los mencionados 590-.
«Si la ciencia nos está rogando que antes de ver a la abuela o el abuelo o a otras personas mayores, reduzcamos durante una semana los contactos, deberíamos encontrar la vía de hacerlo posible«, añadió. Trasladó así las recomendaciones de la mayoría de expertos y virólogos de referencia del país, que coinciden en la necesidad de endurecer las restricciones y limitar los contactos.
«Decidí estudiar Ciencias Físicas porque estaba muy segura de que se pueden desactivar muchas cosas. Pero no se puede dejar sin efecto la ley de la gravedad, la velocidad de la luz y otros hechos«, dijo, en alusión a la carrera que cursó, en tiempos de la Alemania comunista, antes de entrar en política.
Merkel lanzó esta advertencia en dirección a la protestas contra las restricciones por la pandemia y en especial hacia el sector de negacionistas del covid-19, cuya voz en el Bundestag es el partido Alternativa para Alemania (AfD), de ultraderecha, tercera fuerza a escala nacional y líder de la oposición.
Ya en tono menos apasionado, Merkel había advertido de que las vacunas que se puedan poner en los tres primeros meses de 2021 -es decir, en la primera fase de vacunación– no serán suficientes para suponer un «cambio significativo» a nivel epidémico.
Sí subrayó, no obstante, que si se puede empezar a vacunar a los grupos vulnerables y al personal sanitario a partir de primeros de año «se habrá ganado mucho«. Recordó a continuación que Alemania se encuentra en la «fase decisiva» de la pandemia, una segunda ola «mucho más exigente que la primera«, y que la experiencia histórica advierte de que las segundas pueden ser «muy dolorosas«.