La hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, criticó con dureza unas recientes declaraciones de la ministra de Exteriores surcoreana, Kang Kyung-wha, en las que puso en duda las cifras de contagiados de COVID-19 reportadas por Pionyang y aseguró que podría «pagarlo caro».
Kim, vicedirectora primera de departamento en el partido único norcoreano, rompe meses de silencio -no había realizado ninguna declaración pública desde julio- con este breve y duro mensaje publicado hoy por la agencia de noticias estatal KCNA.
La crítica se centra en unas palabras pronunciadas por Kang el pasado 5 de diciembre en un foro en Baréin en las que puso en duda las cifras del régimen.
«Aún dicen que no tienen ni un solo caso, lo cual es difícil de creer», afirmó Kang.
«Se deduce por los comentarios imprudentes que hizo sin considerar las consecuencias que está demasiado ansiosa por enfriar aún más las congeladas relaciones entre el norte y el sur de Corea», afirmó Kim en la nota de KCNA.
«Nunca olvidaremos sus palabras y podría pagarlo caro», concluyó la hermana de Kim Jong-un.
Aunque el régimen norcoreano ha asegurado varias veces que no ha registrado ni un solo contagio de COVID-19 en su territorio, muchos expertos dudan que el virus no haya entrado a través de la porosa frontera con China pese a que Pionyang mantiene cerrada la divisoria desde enero.
Corea del Norte dice haber realizado 16.914 pruebas PCR hasta ahora sin un solo resultado positivo, según datos que remitió el pasado 1 de diciembre a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El régimen ha impuesto a su vez el uso de mascarillas en momentos determinados, el cierre de colegios o recomendado a sus ciudadanos que eviten aglomeraciones.
También dijo en su momento que un hombre que desertó a Corea del Sur y regresó al Norte podría haber sido el primer caso de coronavirus en el país, aunque más tarde explicó a la OMS que el resultado de su prueba no era concluyente y dio por cerrado el asunto sin ofrecer más información al respecto.
El Norte optó por congelar los lazos con el Sur tras el fracaso de la cumbre sobre desnuclearización que mantuvo con EE.UU. en Hanói en 2019.
Este año endureció su postura por el envío de propaganda contraria al régimen a través de la frontera por parte de activistas sureños, a lo que respondió destruyendo la oficina de enlace intercoreano en su territorio.