A partir de este lunes 14 de diciembre, se llevo acabo cerrar nos comercios no esenciales a las 17:00 horas el Centro Histórico de la Ciudad de México, por lo que inició la evacuación de cientos de personas.
En las nuevas medidas en las más de 200 colonias de atención prioritaria contra la COVID-19 el cierre anticipado de los comercios fue la principal novedad. Los locatarios, resignados a trabajar menos horas, reconocen que se trata de un mal menor. Asumen que el gobierno de la CDMX imponga restricciones para frenar los contagios y consideran que, al menos, no se ha decretado el cierre total como ocurrió en marzo.
“Tenemos miedo al colapso económico, ya estuvimos cerrados más de cuatro meses en los que no hubo venta ni ingreso”, explica Lilia Castañeda, que trabaja en una tienda que vende artículos para fiestas. Teniendo en cuenta el llamado explícito de las autoridades de Salud para que no haya celebraciones ni reuniones, no parecen buenos tiempos para este negocio. “Estamos vendiendo la mitad que otros años”, lamenta.
Dice que desde que se anunciaron las medidas especiales para zonas como el Centro Histórico llegaron menos clientes. Sin embargo, las calles están llenas de gente. Los clientes apuraron hasta el último minuto para hacer sus compras y pasadas las 17:00 horas había calles en las que no había sana distancia que valiera.
El miedo de Castañeda y de otros locatarios es que el gobierno termine por imponer reglas más estrictas o, incluso, otra clausura. “No podríamos resistir otro cierre”, afirma.