Los rusos han mostrado su apego a las tradiciones y han desafiado al coronavirus, al acudir hoy masivamente a la celebración de la Epifanía ortodoxa rusa, famosa por sus baños en el agua gélida de estanques o pilas bautismales en todo el país.

«El virus no se transmite bajo el agua, lo principal es mantener las distancias«, afirmó a la agencia Efe la empresaria Svetlana Verbítskaya, tras darse su baño de agua helada, al igual que cientos de miles de compatriotas.

Y ello, pese a los llamamientos de autoridades civiles y religiosas de extremar los cuidados debido a la situación epidémica y las restricciones impuestas en varias regiones, que prohibieron las abluciones debido al riesgo de contagio y las consecuencias para la salud del estrés causado por un baño a temperaturas muy bajas.

Solo en Moscú durante el lunes y la madrugada del martes más de 100 mil personas participaron en esta ceremonia, lo cual, si bien significa una reducción de 20 por ciento respecto al año pasado, no deja de ser una cifra considerable en tiempos del coronavirus.

El origen del ritual, que se celebró en más de 500 templos este año y recrea todos los 18 y 19 de enero el bautismo de Jesús de Nazaret, se pierde en los siglos y hay quienes se lo adjudican a los escitas, mucho antes del nacimiento de Cristo.

El número de lugares acondicionados para esta ceremonia se redujo este año en un tercio con respecto al año anterior debido a la pandemia, según el Ministerio de Emergencias de Rusia.

Para el arzobispo Ilarión, jefe de las relaciones externas de la Iglesia Ortodoxa Rusa, estos baños no son una buena idea en estos momentos.

«En la situación actual en la que el virus hace de las suyas y muchas personas están débiles tras la enfermedad, no recomiendo a ningún creyente ortodoxo sumergirse en un río helado«, dijo en el canal de televisión Rossiya 24.

Mientras en muchas regiones rusas las cosas no han ido más allá de las advertencias, en otras, con un gran número de contagios como Tomsk, Yakutia, Omsk, Magadán, Kamchatka y la región de Jabárovsk, esta práctica ha sido restringida por las administraciones regionales o las autoridades eclesiásticas.