Gregory Ramos, un joven de Florida, Estados Unidos que, en 2018, con 15 años, mató a su madre en una discusión por sus calificaciones escolares, fue condenado este viernes a 45 años de prisión, pero la sentencia será revisada en 25 años.

Con gran entereza, según puede verse en un video de la audiencia en un tribunal del condado Volusia publicado en medios locales, Ramos, ahora de 17 años y vestido con un uniforme naranja y encadenado, pidió perdón a toda su familia, rindió homenaje a su madre, a quien definió como «una persona bella«, y subrayó que no pretendía buscar «justificaciones» a lo que hizo.

A comienzos de diciembre pasado y como parte de un acuerdo de su abogado para evitar un juicio con jurado, Ramos se declaró culpable de asesinato en primer grado, de haber abusado del cadáver de su madre, Gail Cleavenger, y de alterar pruebas.

En noviembre de 2018 en su casa en la localidad de DeBary, en el centro de Florida, Cleavenger, de 46 años, y su hijo discutieran por las notas escolares y él la mató.

El joven enterró el cadáver junto a una iglesia cercana al domicilio familiar y reportó la desaparición de su madre, pero acabó confesando el crimen a la policía, según el sumario.

La jueza que le impuso la sentencia autorizó que la abuela de Gregory Ramos, de 84 años, pudiera acercarse y ver de cerca la cara del joven por primera vez desde que confesó el crimen y fue puesto a disposición del sistema correccional juvenil el 15 de noviembre de 2018.

La abuela rezó una oración delante de Ramos y le hizo la señal de la cruz y le prometió que la tendrá siempre para lo que necesite y lo estará cuidando desde afuera.

Los tíos y tías del joven hablaron para recordar a la víctima y dijeron que sentían que con ella habían perdido también a Ramos.