La canciller alemana, Angela Merkel, prometió este lunes 100 millones de euros adicionales para el Fondo de Adaptación Climática, a fin de invertir en soluciones prácticas a las consecuencias del calentamiento global en los países en desarrollo, y alertó sobre el “peligro” de este problema para la economía y seguridad mundial.

“En diciembre prometimos 50 millones de euros adicionales para el Fondo de Adaptación, que mejora el acceso a la financiación climática internacional de los países en desarrollo. Alemania pondrá a disposición del Fondo otros 100 millones de euros para los países menos desarrollados”, anunció la canciller durante su intervención en la Cumbre de Adaptación Climática (CAS), que organiza hoy Países Bajos.

Según Merkel, la mitigación del cambio climático y sus impactos “se hace más fácil si confiamos en que todos estamos avanzando en la misma dirección con un espíritu de asociación” en todo el mundo.

Indicó que, “en lo que respecta a Alemania”, puede afirmar que el país está “haciendo todo de su parte”.

«Todos sabemos y podemos ver que el cambio climático está poniendo en peligro nuestro medio ambiente, economía y seguridad en todo el mundo”, subrayó Merkel, quien cree “firmemente en que trabajar juntos” es la manera de “lograr mitigar sus impactos” en la vida de los ciudadanos y en el planeta.

A pesar de la pandemia de coronavirus, añadió, Alemania ha seguido desarrollando con regularidad su Estrategia de Adaptación al Cambio Climático, adoptada en 2008, mientras trabaja en “la reducción de emisiones para lograr la neutralidad climática” en el funcionamiento económico y social del país en las próximas décadas.

“Estamos persiguiendo medidas tanto de adaptación como de reducción, también en el contexto de nuestra financiación climática internacional. En particular, estamos trabajando arduamente para promover la financiación y el seguro de riesgos climáticos”, agregó.

Entre otras medidas, la canciller aseguró que Berlín ayuda a la asociación mundial InsuResilience para lograr su objetivo de proteger a más de 400 millones de personas pobres y vulnerables contra los riesgos climáticos, tratando de paliar las consecuencias de las malas cosechas y las inundaciones de cara a 2025 con un fondo que les daría acceso a una cobertura directa o indirecta en seguros tras los desastres naturales.