El nominado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para ser secretario de Estado, Antony Blinken, fue confirmado este martes en el puesto durante una votación en el Senado del país.

Blinken, con experiencia en las administraciones de Bill Clinton y de Barack Obama, recibió el visto bueno en la Cámara Alta con 78 votos a favor y 22 en contra.

La confirmación de Blinken supone una vuelta de Estados Unidos a los aliados y a la política exterior tradicional del país, tras el giro que supuso el gobierno de Donald Trump.

Durante su audiencia, la semana pasada, ante el Comité de Exteriores del Senado, este hijastro de un superviviente del Holocausto defendió que «la humildad y la confianza deberían ser los dos lados de la moneda de liderazgo de Estados Unidos«.

«Humildad, porque tenemos mucho trabajo que hacer en casa para promover nuestra postura en el extranjero, pero también actuaremos con la confianza de que EE.UU. todavía tiene una capacidad mayor que cualquier país sobre la Tierra para movilizar a otros por el bien de todos«, indicó.

Sobre China, dijo que el gigante asiático supone «el desafío más significativo que ninguna otra nación Estado haya supuesto para Estados Unidos«.

Por ello, «debemos comenzar a acercarnos a China desde una posición de fuerza, no de debilidad«, sostuvo.

En cuanto a Irán, Blinken destacó que la administración de Biden siente que el mundo es más seguro con el acuerdo nuclear con la República Islámica, del que Trump retiró a Estados Unidos, en 2018, pero no dio pistas sobre si el Gobierno del nuevo mandatario piensa devolver al país a ese pacto.

«El presidente electo cree que si Irán regresa al cumplimiento (del pacto), nosotros también«, afirmó Blinken en la audiencia, un día antes de que Biden fuera investido el pasado 20 de enero.

En esa intervención también adelantó que Biden seguirá reconociendo a Jerusalén como la capital de Israel y mantendrá allí su embajada.