El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retirará este jueves el apoyo de Washington a la coalición árabe liderada por Arabia Saudita que desde hace cinco años participa en la cruenta guerra de Yemen, anunció Jake Sullivan, el asesor de Seguridad Nacional del nuevo mandatario.

En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Sullivan adelantó que Biden «anunciará el fin del apoyo estadounidense a las operaciones ofensivas en Yemen«, lo que supone un distanciamiento con Riad y un cambio con respecto a su antecesor, Donald Trump, quien estrechó la ya cercana relación con el Reino.

La retirada del apoyo significa que Washington suspenderá definitivamente los acuerdos de venta de armas con Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU) que había iniciado Trump.

Esos contratos ya se estaban revisando, pero aún no se había tomado una decisión definitiva que, en el caso de Emiratos, afectará a la venta de aviones de combate F-35, un largo deseo de los Emiratos que se materializó coincidiendo con su decisión de restablecer relaciones diplomáticas con Israel en un pacto impulsado por Trump.

En todo caso, sin embargo, la decisión de Biden no afectará a las operaciones militares estadounidenses contra Al-Qaeda en la Península arábiga, que continuarán, explicó Sullivan.

El funcionario indicó que Estados Unidos informó ya a Emiratos y a Arabia Saudita de su decisión y argumentó que la política del nuevo Gobierno es de «no sorpresas en lo que se refiere a este tipo de acciones«, de manera que los países afectados puedan saber qué está pasando y por qué.

Además, Sullivan afirmó que Biden quiere que Estados Unidos «juegue un papel más activo» en la resolución del conflicto en Yemen y, por ello, nombrará un enviado especial para ese tema durante un discurso sobre política exterior que planea ofrecer hoy en el Departamento de Estado.

Sullivan no desveló el nombre del nuevo enviado especial para Yemen; pero, según medios estadounidenses, se trata de Timothy Lenderking, un diplomático de carrera con amplia experiencia en Oriente Medio y cuya primera misión será intentar lograr un alto al fuego entre las partes.

El conflicto armado en Yemen comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, ocuparon Saná y otras provincias del país.

La contienda se recrudeció después de que la coalición árabe, apoyada por Estados Unidos, encabezada por Arabia Saudita y que admitió ataques en los que han muerto decenas de civiles, entrara en la guerra en marzo de 2015.

Naciones Unidas considera la situación en Yemen como la mayor tragedia humanitaria del planeta y calcula que alrededor del 80 por ciento de la población requiere algún tipo de asistencia para cubrir sus necesidades básicas.