La mayor crecida en 40 años del curso medio del río Garona causaba este jueves inundaciones en varias decenas de kilómetros de su trayecto, anegando viviendas, granjas y explotaciones agrarias, aunque no hay constancia de víctimas personales.

El nivel del río llegó a un pico de 10,20 metros por encima de su nivel esta pasada medianoche, explicó Jean-Philippe Dargen, director del gabinete de la Prefectura (delegación del Gobierno) del departamento de Lot-et-Garonne, en declaraciones a la emisora France Info.

Esta mañana, el nivel del Garona estaba bajando, según Dargent, que no obstante advirtió de que el ritmo de descenso de las aguas será «relativamente lento».

La situación más complicada se da entre Port Saint Marie y Langon, y muy particularmente en la localidad de Marmande, a unos 90 kilómetros aguas arriba de la ciudad de Burdeos.

La Prefectura indicó en su cuenta de Twitter que el miércoles 228 bomberos estuvieron trabajando y llevaron a cabo 254 intervenciones. En Port Sainte Marie, 80 habitantes fueron evacuados y realojados de forma provisional en la sala de fiestas municipal.

Los servicios meteorológicos habían puesto desde el miércoles Lot-et-Garonne en alerta roja por inundaciones, y hay otros 17 departamentos en alerta naranja.

La razón de esta crecida, que ha afectado también a muchos otros ríos de la fachada atlántica francesa durante toda la semana, son el deshielo en los Pirineos por las elevadas temperaturas y, sobre todo, las continuas lluvias que han estado cayendo desde el mes de diciembre, y que son entre tres y cuatro veces superiores a las habituales.

A modo de ejemplo, entre diciembre y enero cayeron en la ciudad vascofrancesa de Biarritz 635 litros por metro cuadrado, 625 en Dax, en las Landas y 500 en Brest, en Bretaña. En París, donde las precipitaciones han sido igualmente excepcionales (el Sena también se ha salido de su lecho), han caído 210 litros por metro cuadrado en ese periodo.