Durante su audiencia ante el Poder Judicial de Quintana Roo, en la ciudad de Cancún, el exgobernador de Puebla, Mario Marín, se reservó su derecho a declarar y pidió aplazar la decisión sobre su posible juicio luego de conocer la acusación que presentó en su contra la Fiscalía General de la República (FGR) como probable responsable del delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho.

La defensa de Marín, detenido ayer en Acapulco, Guerrero, solicitó al juez federal Gerardo Vázquez Morales la duplicidad del término constitucional, que consta de 144 horas, para resolver su situación jurídica.

Vázquez Morales, juez Segundo de Distrito en Materia Penal con residencia en Cancún.

La FGR notificó a Mario Marín de que se le acusa por un delito grave, por lo que deberá permanecer recluido en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Cancún; además, no alcanza libertad bajo caución, por lo que fue trasladado a Cancún, Quintana Roo, para ser puesto a disposición de la autoridad judicial que lo requería.

Durante la audiencia, la defensa de Marín solicitó el arraigo domiciliario, al argumentar que el exmandatario “tiene un padecimiento en el riñón, peligro de contagio de Covid-19 al interior del Cereso y su edad avanzada”.

Sin embargo, el juez rechazó esta posibilidad, según informó la organización Artículo 19. El priista es acusado del delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho.

En 2005, Lydia Cacho fue detenida en Cancún, por difamación y calumnia tras la publicación del libro Los demonios del edén, en el que ella se refirió a los empresarios Kamel Nacif y Jean Succar Kuri como integrantes de una red de prostitución y pederastia.

La periodista fue trasladada desde Cancún hasta Puebla, en un trayecto de 23 horas en el cual denunció haber sido víctima de tortura psicológica. Luego de la aprehensión, se dio a conocer una llamada entre Mario Marín y Kamel Nacif, en la que el ex gobernador se ufanó de haberle puesto “coscorrón”.