Con todas las medidas de sanidad y protección posible como el uso de tapetes desinfectantes, toma de temperatura, solicitud del código QR, entrega de gel antibacterial y uso obligatorio del cubrebocas, este martes 9 de febrero, comenzó la reapertura de plazas y centros comerciales en la capital del país.
A diferencia de otras ocasiones, en esta oportunidad existió prudencia por parte de los consumidores, ya que no se registraron grandes filas, ni aglomeraciones de personas para poder ingresar a tiendas departamentales como Liverpool, que son de las más concurridas por las personas.
Para sorpresa, tiendas como Bershka, Furor, Zara, entre otras, que son de las preferidas por los jóvenes y la comunidad millennial, lucieron con muy pocas personas al interior de sus instalaciones.
Y aunque la reapertura está autorizada por las autoridades de las CDMX para que abran las 24 horas del día, de martes a domingo, con un aforo del 20 por ciento, los clientes hacen evidente un sentido de culpa como si estuvieran quebrantando la ley por salir a comprar en pleno semáforo rojo por la pandemia del Covid-19.
Reapertura nos ayuda porque somos comisionistas
Michelle González Salas, trabajadora de Dorothy Gaynor, aseguró en entrevista que la decisión que tomó el gobierno de la Ciudad de México para autorizar la reapertura de los centros comerciales, los beneficia mucho como trabajadores, debido a que como comisionistas reciben un porcentaje de cada venta que realizan.
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Empero, si los establecimientos se encuentran cerrados únicamente sobreviven con su salario base, el cual resulta insuficiente para cubrir con todas sus necesidades.
“Lo que nos ayuda más son las comisiones y ahí se compensa nuestro salario”, señaló.
Reconoció que las personas se han mostrado respetuosas de todas las medidas impuestas para evitar contagios del virus Sars-cov2. Confió que la actividad comercial pueda levantarse, “porque está muy tranquilo”.