El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lanzó este miércoles una revisión de la estrategia nacional de suministro en sectores clave, como los microchips, para no depender de la producción e importaciones de «rivales extranjeros«, en referencia a China.
«EE.UU. debe asegurar que la escasez de producción, alteraciones comerciales, desastres naturales o acciones potenciales de rivales extranjeros y adversarios nunca vuelvan a dejar a EE.UU. vulnerable de nuevo«, señaló la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria, al anunciar la medida.
Se prevé que Biden firme este miércoles la orden ejecutiva que establece 100 días para presentar un informe detallado sobre la revaluación de las cadenas estratégicas de suministro globales de EE.UU.
Con esta medida, además de revitalizar la economía estadounidense para salir de la crisis creada por la pandemia, Biden busca diversificar las fuentes.
Psaki compareció junto a Sameera Fazili, directora adjunta del Consejo Nacional Económico, y Peter Harrell, director de Economía Internacional y Competitividad de la Casa Blanca.
«Vamos a salir del negocio de reaccionar a las crisis de las cadenas de suministro cuando surjan e implicarnos en el de prevenir futuros problemas de suministro«, dijo Harrell.
Entre los productos estratégicos que los funcionarios citaron están las baterías eléctricas de gran capacidad, fármacos y componentes médicos, alimentos, microchips para ordenadores o las llamadas «tierras raras«, imprescindibles para la fabricación de teléfonos inteligentes, turbinas eólicas y baterías para vehículos eléctricos.
China de fondo
Estados Unidos no quiere que se repitan casos como la escasez de mascarillas que vivió al inicio de la pandemia o la actual carencia de microchips que ha obligado a parar la producción en varias plantas automotrices de Ford y GM.
«Ahora mismo, la mayor parte (de los microchips) se producen en el extranjero. Y creo que esta pandemia ha puesto el foco sobre la realidad de que algunas de nuestras cadenas de suministro necesitan ser reequilibradas«, indicó John Neuffer, presidente de la Asociación de la Industria de Semiconductores, que representa a empresas como Intel o Qualcomm, en una entrevista hoy con la cadena pública de radio NPR.
La orden ejecutiva no nombra en principio a ningún país, pero los funcionarios de la Casa Blanca que presentaron el anuncio en una llamada telefónica reconocieron que Estados Unidos depende en exceso de China.
Y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, apuntó que el Congreso ha comenzado la redacción de una propuesta legislativa destinada a promocionar nuevas inversiones en Estados Unidos para la manufactura semiconductores, al reconocer que este sector es «un peligroso punto débil» para la economía y la seguridad nacional.
«No podemos depender de procesadores extranjeros para los microchips. No podemos dejar que China nos adelante en la producción«, remarcó Schumer.
Sigue “mano dura” de trump
Biden mantuvo hace dos semanas una conversación telefónica de dos horas con su homólogo chino, Xi Jinping, tras la cual afirmó que China «se comerá el almuerzo» si Estados Unidos «no espabila«.
«Simplemente tenemos que acelerar«, recalcó Biden.
Las relaciones entre China y Estados Unidos se deterioraron de manera drástica durante la presidencia de Donald Trump y la nueva Casa Blanca ha dejado claro que hay muchos escollos por superar con Pekín.
Las colisiones bilaterales en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico fueron constantes bajo el mandato de Trump, y aunque Biden ha prometido otro enfoque, su gobierno quiere mantener la presión y no parece tener prisa por poner fin del todo a la guerra comercial con Pekín.