En punto de las 2 de la tarde empezó en el Monumento a la Revolución la primera manifestación para conmemorar el Día Internacional de la mujer en la Ciudad de México.

Minutos después del inicio de la concentración, cientos de mujeres, intentaron derribar a punta de martillazos, golpes y patadas los muros de madera que se instalaron para proteger al Monumento de la Revolución.

Dentro del contingente, hubo mujeres que gritaron sus consignas de manera pacífica y a todo pulmón para exigir el fin a la violencia que azota a las mujeres.

«¡No sean indiferentes, se matan a las mujeres en la cara de la gente! ¡Ni una asesinada más!, ¡Vivas las dejamos, vivas las queremos!«, espetaron al unísono.

Pero también hubo las que agredieron y vandalizaron los inmuebles ubicados a los alrededores del Paseo de la Reforma, rompiendo vidrios, haciendo pintas y lanzando pintura a los periodistas que cubrían el evento.

El contingente se dirige a la Plancha del Zócalo Capitalino, en donde el presidente, Andrés Manuel López Obrador, instaló un muro para proteger a Palacio Nacional de cualquier acto vandálico que dañe el patrimonio cultural del país.

Además de los cientos de elementos mujeres de la Secretaria de Seguridad Pública que se instalaron para garantizar la paz en la manifestación, también se desplegaron cuerpos del heroico cuerpo de bomberos para prevenir cualquier incidente relacionado por explosión de petardos e incendios que se puedan suscitar.

El segundo contingente que salió a las 3:30 de la tarde también del Monumento a la Revolución rumbo al Zócalo fue más extremo en su exigencias para pedir un alto a la violencia en contra de las mujeres.

Realizaron destrozos en las paradas del Metrobús ubicadas en los alrededores del Paseo de la Reforma, rompieron totalmente una de las salidas de la estación del Metro Hidalgo, pintaron grafitis en monumentos, como la Torre del Caballito y a la estatua del Centro Cultural José Martí, entre otros.

De igual forma, se enfrentaron con miembros de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, quienes las encapsularon durante unos minutos para evitar su intento de llegar a la Plancha del Zócalo.

«Somos malas pero podemos ser peores», gritaron.