El comandante de las fuerzas de Al Saiqa (Relámpago), sobre el que pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI), Mahmoud al Werfalli, fue asesinado hoy por dos hombres armados en la ciudad de Bengasi, Libia, reveló a Efe un portavoz militar.

Según el responsable de comunicación de dicha milicia, Miloud al Zwai, los atacantes dispararon contra el vehículo en el que se encontraba Al Werfalli junto a su hermano, que tuvo que ser hospitalizado tras sufrir heridas severas, y dos de sus guardaespaldas.

El responsable pidió a las fuerzas de Al Saiqa que «actúen con moderación sin verse arrastradas por la venganza» e instó a seguir las instrucciones del comando general.

Mahmoud al Werfalli formaba parte de una unidad de élite del llamado Ejército Nacional Libio (LNA), bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, que controla el este de Libia, y estaba acusado por la Justicia internacional por crímenes contra la humanidad.

El jefe de la misión especial de la ONU para Libia (UNSMIL), Jan Kubis, advirtió hoy de que la salida de los mercenarios, pactada por las partes del conflicto, sigue sin producirse y que, pese al alto el fuego, continúa el levantamiento de fortificaciones militares y la construcción de estructuras defensivas.

Este asesinato se produce en medio de los crecientes enfrentamientos entre facciones rivales del este de Libia y podría suponer una escalada de violencia y represalias en un momento delicado para el nuevo Gobierno de Unidad Nacional (GNU) de Abdelhamid Dbeibah, que juró su cargo el pasado 15 de marzo.

El nuevo Ejecutivo, designado a través de un proceso político auspiciado por las Naciones Unidas, sustituye a los dos poderes enfrentados: el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) en Trípoli, encabezado hasta el otoño pasado por el primer ministro Fayez al Serraj y respaldado por la ONU, y el Ejecutivo no reconocido en el este, que tutelaba el mariscal Jalifa Hafter.

Por delante tiene la difícil tarea de pacificar la sociedad libia tras una década de conflicto, unificar las instituciones y conducir a Libia hasta las elecciones legislativas previstas para el próximo 24 de diciembre.

El proceso estuvo a punto de sufrir un revés tras la filtración de un informe del Panel de Expertos de la ONU en el que se denunciaba que la candidatura liderada por Al Menfi, y en la que se incluía Al Dbeibah, habría comprado votos durante las sesiones del Foro de Diálogo Político para Libia (FDPL), un organismo no electo creado ad hoc por la ONU en octubre.

Un grupo de 42 diputados proclives al presidente del Parlamento y líder de la candidatura derrotada había respaldado un documento en el que pedían aplazar la sesión hasta el 15 de marzo, fecha en la que se publicó oficialmente dicho informe, sin embargo la UNSMIL se opuso a esta iniciativa para no dilatar el calendario de la transición.