El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, se declaró hoy en huelga de hambre en prisión después de denunciar en los últimos días un repentino deterioro de su salud.

«Exijo que me permitan ver al médico. Mientras eso no suceda, me declaro en huelga de hambre«, dice Navalny en una carta escrita a mano y colgada en la cuenta oficial de su equipo en Telegram.

Navalny, que se encuentra desde el pasado 11 de marzo en el centro penitenciario número 2 de la región de Vladimir, cerca de Moscú, asegura que «cada reo tiene el derecho de invitar a un especialista para que le examine y consulte».

«Incluso yo (tengo ese derecho), aunque sea inocente», agregó en la misiva, dirigida al director de la prisión.

El opositor denuncia que, pese «al agudo y progresivo dolor, primero en la espalda, después en la pierna derecha y ahora en una parte entumecida de la pierna izquierda», tampoco le han recetado medicinas para aliviar su sufrimiento.

«Me las arreglaría de alguna forma con una sola (pierna). Pero no quiero quedarme sin las dos piernas. Eso sería injusto», escribe con el sarcasmo que le caracteriza al opositor ruso.

Navalny recuerda que en agosto de 2020 fue envenenado con el agente químico Novichok cuando se encontraba en Siberia, tras lo que cayó en coma y fue trasladado a una clínica en Alemania, por lo que sugiere que ese puede ser el motivo de su actual deterioro de la salud.

El opositor, que cumple dos años y medio de cárcel, denunció la pasada semana que las autoridades carcelarias han ignorado sus insistentes peticiones de ser examinado por un médico independiente y acusó a los funcionarios de prisiones de someterle a tortura por «privación de sueño» al despertarle cada hora todas las noches.

«Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud», afirmó.

Medio millar de médicos han firmado una petición en la que demandan al Kremlin y a los servicios penitenciarios la inmediata asistencia médica a Navalny.

Además, su esposa, Yulia Naválnaya, se dirigió al presidente ruso, Vladimir Putin, desde su cuenta de la red social Instagram para que libere «inmediatamente» al político, aunque el Kremlin le recomendó dirigirse a los servicios penitenciarios.

Navalny, de 44 años, llamó «campo de concentración» al centro penitenciario donde cumple su condena, que la oposición y Occidente consideran fabricada.

El opositor acusa a Putin de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).