La Universidad británica de Oxford ha detenido las pruebas que hace con su vacuna -desarrollada con AstraZeneca– en niños y adolescentes hasta que la agencia reguladora del medicamento del Reino Unido (MHRA) proporcione más información sobre su posible relación con coágulos sanguíneos.
En un comunicado enviado a Efe, un portavoz de la universidad señaló que «aunque no hay preocupación sobre la seguridad en el ensayo clínico pediátrico», Oxford ha decidido «esperar a (tener) información adicional del MHRA en su investigación de casos raros de trombosis antes de administrar más vacunas».
«Padres y niños deberían seguir yendo a todas sus visitas previstas y pueden contactar los lugares de las pruebas si tiene cualquier duda», señaló el portavoz.
Este anuncio, que no significa que los ensayos se terminan sino que se ponen en «pausa» hasta tener las conclusiones del regulador, llega en un momento en que crece la desconfianza en el Reino Unido hacia la vacuna de Oxford/AstraZeneca, que han recibido la mayoría de los 31,6 millones de británicos que tienen ya la primera dosis.
El Gobierno británico ha instado a todos los ciudadanos a que sigan acudiendo a vacunarse cuando sean citados, sea para recibir la inyección de AstraZeneca o la de Pfizer, las dos únicas aprobadas hasta el momento en el país.
Siete personas han muerto en el Reino Unido a causa de unos raros coágulos de sangre después de recibir la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19.
La MHRA señaló la semana pasada que se han identificado 30 casos de esos raros coágulos de sangre entre los 18,1 millones de personas vacunadas con ese preparado hasta finales de marzo.
De los 30 incidentes, 22 corresponden a trombos cerebrales venosos (CVST, por sus siglas en inglés) y ocho a otros problemas relacionados con la coagulación de sangre con bajo nivel de plaquetas.