Unas 90 personas de la comunidad indígena otomí que reside en la Ciudad de México realizó una protesta este lunes después de seis meses de ocupación de la sede del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) debido a la falta de avances en sus reclamos.
La ‘Cuarta Transformación’ (eslógan del Gobierno de López Obrador) solo ofrece simulaciones, desprecio, discriminación y una nula volundad para resolver nuestras demandas en el campo y la ciudad», expresó el grupo en un comunicado distribuido en las inmediaciones del edificio, ubicado en el sur de la ciudad.
Sus exigencias desde el primer día de la toma giran entorno al derecho a la vivienda digna, la salud, la educación y el trabajo.
También denunciaron otros problemas de los pueblos originarios del país, como la violencia en sus comunidades, el despojo de sus tierras y la construcción de grandes obras de infraestructura impulsadas por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, como el Tren Maya en el sureste de México.
- En el edificio, que luce tapizado de carteles del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la exguerrilla indigenista que se levantó contra el Estado en 1994, los manifestantes sacaron al exterior expedientes y otros documentos que quemaron reclamando diálogo y acciones contundentes con respecto a sus reclamos.