La Fiscalía General de Justicia de Sonora informó este viernes que sigue dos líneas de investigación en el asesinato, ocurrido el jueves, de Abel Murrieta, candidato a la alcaldía de Cajeme.

Según la Fiscalía, que ha determinado que el ataque fue planeado y directo, la primera línea está relacionada con su profesión como abogado y la segunda con sus aspiraciones políticas.

Por esa última posible motivación, este viernes, en una reunión de emergencia, llevada cabo en Ciudad Obregón, integrantes de la mesa de Seguridad acordaron revisar el protocolo de protección a candidatos en el estado, donde hay más de 500 aspirantes para 101 cargos para las elecciones de junio.

El viernes por la tarde, se realizaron las exequias de Murrieta, quien además fue exprocurador de la entidad y era reconocido por ser el representante de la familia LeBarón en el juicio por la matanza ocurrida en noviembre de 2019.

Murrieta, de 58 años, fue asesinado a balazos este jueves cuando cumplía un acto de campaña.

«Los resultados de las pruebas forenses y de traza balística, permiten concluir que fue un ataque planeado y directo en contra del candidato», informó la Fiscalía.

El candidato del partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Sonora, Ricardo Bours, exigió a las autoridades que se haga justicia.

«Confío plenamente en que den no solo con quienes ‘jalaron el gatillo’, con quien ordenó esta ejecución. Hacia allá debemos de ir y tope donde tope, quien haya sido el responsable y haya ordenado esta ejecución, que no se vale«, declaró.

Bours enfatizó que Murrieta tenía la capacidad de atender el grave problema de inseguridad que sufre Cajeme y que «se ha agravado por la incompetencia del gobierno municipal y la corrupción que existe en las filas de la corporación de seguridad» en Ciudad Obregón.

«Abel era un hombre de carácter, un hombre valiente, un hombre que no iba a sacarle la vuelta a los problemas, iba a enfrentarlos y a confrontarlos, a resolverlos, a acabar con los corruptos, acabar con la delincuencia organizada, por eso lo mataron, por eso lo ejecutaron«, acusó Bours.

Mil asistentes entre familiares, deudos, amigos y simpatizantes del candidato marcharon en silencio, vestidos de blanco, desde la funeraria San Martín hasta la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Cajeme, donde se llevó a cabo una misa de cuerpo presente.

El féretro fue recibido entre aplausos y gritos de justicia; después de la ceremonia religiosa, la familia de Murrieta dijo que sus restos serían depositados en la cripta familiar.

La tarde del jueves, el candidato realizaba un mitin, entregaba volantes y pegaba etiquetas en automóviles, cuando hombres armados lo rodearon y acribillaron, recibiendo al menos 10 disparos, incluyendo dos en la cabeza.