La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideró este sábado que el pacto sobre un impuesto global a grandes empresas y gigantes de Internet acordado hoy por el G7 es un «paso histórico» y la única forma de acabar con «tergiversaciones y desigualdades«, dijo el secretario general del organismo, Mathias Cormann.

«El consenso hallado hoy por los ministros de finanzas del G7 sobre un nivel mínimo de fiscalidad mundial, es un paso histórico hacia el consenso mundial necesario para reformar el sistema fiscal internacional«, dijo Cormann, en un comunicado en el que definió el acuerdo hallado este sábado en Londres de «pionero«.

El nuevo mandatario de la OCDE, que sustituyó esta semana al mexicano Ángel Gurría al frente del organismo, recordó que los gobiernos de todo el mundo necesitan recolectar impuestos para cubrir los servicios públicos esenciales y respaldar a sus ciudadanos de forma «eficiente, justa e igualitaria«.

«El efecto combinado de la globalización y la digitalización de nuestras economías ha provocado distorsiones y desigualdades que solo pueden abordarse eficazmente mediante una solución acordada multilateralmente«, añadió.

Cormann apuntó que aún queda trabajo por hacer, pero admitió que esta decisión supone un «momento importante» en las discusiones futuras de los 139 países miembros de la OCDE y las jurisdicciones del organismo y el G20 sobre un Marco Inclusivo de BEPS (erosión de la base imponible nacional y el traslado de beneficios, por sus siglas en inglés).

«Seguimos buscando un acuerdo final que asegure que las multinacionales paguen una parte justa en todas partes«, zanjó.

Los responsables económicos del Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón apoyaron este sábado en una reunión en Londres la reforma del sistema fiscal global al término de una reunión de dos días.

El objetivo es que las multinacionales paguen impuestos donde obtienen sus beneficios y no donde tienen su sede física.

Tras casi diez años de intentos, el G7 se puso además de acuerdo en una tasa fiscal de sociedades de al menos el 15%, por debajo del 21% que aspiraba Estados Unidos.

El pacto no es aún efectivo pues debe ser abordado en la próxima reunión del G20 del próximo julio en Venecia, y hay que acordar también la definición de grandes compañías multinacionales.