El presidente Andrés López ofreció este jueves «una sincera disculpa, un sincero perdón» a las decenas de víctimas de la masacre de Corpus Christi, conocida como el «Halconazo«, ocurrida hace 50 años.
«A 50 años del «Halconazo» y la represión (quiero) ofrecer, en mi carácter de representante del Estado mexicano, una sincera disculpa, un sincero perdón«, dijo el mandatario durante su conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional.
Este jueves, el mandatario se comprometió a «la no repetición» de este tipo de actos.
«El compromiso sobre todo es de la no repetición, de que nunca más se reprima a quienes protestan a quienes luchan por las transformaciones, por los cambios, a quienes no están de acuerdo con el gobierno«, puntualizó.
Recordó que muchos jóvenes fueron reprimidos y desaparecidos aquel 10 de junio y sus familiares todavía están buscándolos.
«Desde luego los extrañan, les lloran y nosotros queremos enviarle un abrazo a todos los familiares de las víctimas de la represión«, indicó.
Además de esta disculpa, este jueves el mandatario se reunirá por la tarde con sobrevivientes y con colectivos de familiares de desaparecidos del periodo conocido como de la Guerra Sucia.
Además, tanto la Secretaría de Gobernación (Segob) como el gobierno de la Ciudad de México llevarán a cabo actos conmemorativos de los 50 años de la masacre.
El 10 de junio de 1971, un grupo paramilitar mexicano perpetró una masacre en las inmediaciones de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros de la Ciudad de México que dejó a decenas de jóvenes muertos durante una manifestación pacífica contra el entonces presidente Luis Echeverría).
Miles de estudiantes de la UNAM y del IPN salieron a las calles para exigir al entonces presidente Echeverría libertad política y la democratización de la enseñanza.
Según cifras oficiales, la masacre dejó cuando menos 22 muertos, numerosos desaparecidos y medio centenar de heridos. Pero organizaciones civiles elevan la cifra a 60 muertos y decenas de desaparecidos.
Se considera a esa matanza uno de los episodios más violentos de la llamada Guerra Sucia del gobierno contra movimientos de oposición entre fines de los años sesenta y principios de los ochenta del siglo pasado.