El triunfo histórico de Finlandia ante Dinamarca 1-0 en su debut en un gran torneo, quedó totalmente opacado por el desvanecimiento del danés Christian Eriksen, que provocó la suspensión del juego durante hora y media.
La estrella de Dinamarca fue el protagonista absoluto. Pero por motivos inesperados. Su desmayo transformó el partido en un drama que no acabó en tragedia, pero alteró su desarrollo hasta tal punto que lo que parecía destinado a un triunfo danés acabó en la primera gran sorpresa de la Eurocopa.
Dinamarca, que había sido mejor hasta entonces y quería dedicarle el triunfo a su compañero (ya trasladado a un hospital, estabilizado y despierto), acabó hecha un mar de nervios y de frustración, consciente de que la derrota complica mucho sus opciones en un torneo al que llegaba como aspirante a hacer algo importante.
Sacrificio y orden. Así aguantaron muchos minutos los ‘búhos reales’. El problema es que apenas se asomaban a la portería de Schmeichel. Pukki, la estrella finlandesa con pasado en el Sevilla, apenas tocó pelota. Ni un tiro a puerta hicieron los finlandeses en la primera parte.
Dinamarca, en cambio, tuvo media docena de ocasiones. Wind, Delaney, Braithwaite, Eriksen, Højbjerg estuvieron cerca. La ‘dinamita roja’ movía la pelota con paciencia y sus hombres de ataque creaban problemas, pero no acababan de perforar la meta de Hradecky, que metió un par de buenas manos.
Y entonces llegó el susto con Eriksen, que convirtió el Parken en el escenario de un drama, en el césped y en la grada. Jugadores corriendo hacia el ’10’ danés, el personal médico, las camillas, los masajes cardíacos. Las lágrimas, la desesperación de Delaney o Schmeichel. Eriksen tapado por sus compañeros y sacado del estadio.
En la grada, primero el silencio, roto por algunos aplausos. Y a la vez que iban llegando mejores noticias sobre el estado del jugador, irrumpieron los gritos de apoyo, iniciados por la hinchada finlandesa, que se llevó la recompensa en forma de ovación de los aficionados locales.
El otro partido que se jugó después, por deseo de los jugadores al conocer que Eriksen estaba bien, fue precedido de gestos de ánimo y un corro de equipo y técnicos daneses en el medio del campo.
Finlandia era un frontón. Toivo sacó de cabeza un centro de Wass casi debajo de portería. Pero en su único tiro a puerta, Pohjanpalo cabeceó un buen centro de Uronen. Y Schmeichel se comió el remate.
Dinamarca se fue al ataque con todo. Skov Olsen salió por Wind y Poulsen pasó a ocupar el puesto de delantero centro. Pero ya sin mucha paciencia, abusando de los centros, mientras Finlandia se gustaba encerrada atrás y no pasaba grandes apuros.
Hasta que el árbitro pitó como penalti un ligerísimo contacto de Arajuuri con Poulsen. Højbjerg lo tiró fatal, muy centrado y sin fuerza. Ahí parecía irse la oportunidad de que Dinamarca se reenganchara al partido.
Ni Braithwaite ni Poulsen podían con el muro finlandés. La épica no resultó. Dinamarca, que solo había perdido dos partidos de 45 en cinco años, queda muy comprometida.
Eriksen, fuera de peligro
El agente de Christian Eriksen, Martin Schoots, dijo hoy que el jugador está consciente y puede comunicarse con el personal del hospital al que fue trasladado tras su desvanecimiento.
“Su padre me dijo que está respirando y que puede hablar. Esa es la noticia con la que estamos felices, en estas circunstancias. Eso es todo lo que sé”, dijo el representante a la radio neerlandesa NPO 1.
“Todos están en shock, eso es lógico. Su pareja está ahora con él en el hospital”, añadió Schoots.