El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró al cierre de la cumbre de líderes del G7 que el encuentro presencial ha resultado «extraordinariamente colaborativo y productivo» para desarrollar medidas que combatan la pandemia e impulsen la economía global.

Estados Unidos vuelve a estar en la mesa», afirmó Biden en una rueda de prensa en la que lamentó que su antecesor en la Casa Blanca, Donald Trump, restara importancia a cuestiones como el cambio climático en anteriores reuniones internacionales, en las que tampoco se subrayó la amenaza que representa China.

El mandatario estadounidense recalcó la relevancia del compromiso adquirido por el G7 de donar 1.000 millones de vacunas contra el coronavirus a países en desarrollo y el acuerdo para impulsar una tasa mínima de sociedades global.

Biden, que mañana lunes participa en la cumbre de la OTAN en Bruselas y se reunirá el miércoles en Ginebra con el presidente ruso, Vladímir Putin, sostuvo que la reunión del grupo de países ricos en Cornualles (suroeste de Inglaterra) ha servido para «restablecer la credibilidad estadounidense» entre sus socios internacionales.

Todos los que estaban en la mesa han comprendido la gravedad de los retos a los que nos enfrentamos, así como la responsabilidad de nuestras democracias de dar un paso adelante y ser útiles al resto del mundo. De eso trata el G7″, esgrimió en su primera intervención ante la prensa como presidente de EEUU en el extranjero.

Biden aseguró que los planes sanitarios acordados por los miembros del grupo -el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón, Canadá y la Unión Europea, además de Estados Unidos- contribuirán a acabar con esta pandemia y «anticipar la próxima cuando llegue».

El mandatario estadounidense dedicó espacio de su intervención a abordar el reto que representan las prácticas «anticomerciales» de China y la necesidad de adoptar una «estrategia común y coordinada» en ese terreno con el resto de socios del G7.

Las medidas que se adopten ahora determinarán «si las democracias podrán competir» con gobiernos «autocráticos» como el de Pekín en el siglo XXI, dijo Biden, quien lamentó que en la declaración final de las anteriores cumbres del Grupo de los Siete no se llegara a mencionar a China.

Celebró, en ese sentido, que los líderes reunidos en Cornualles hayan pactado una «alternativa democrática» al proyecto «One Belt, One Road» (Una ruta, un cinturón) que inició Pekín en 2013 con el objetivo de impulsar infraestructuras que faciliten nuevos corredores comerciales para unir China con Europa, África y otras partes de Asia.

Cuestionado por sus expectativas antes de la reunión con Putin esta semana y las perspectivas de que mejore su relación con Moscú, Biden advirtió de que «no se puede garantizar que vaya a cambiar la actitud de una persona».

Los autócratas tienen un enorme poder y no tienen la necesidad de responder a los ciudadanos», esgrimió el presidente estadounidense.