En dos años y medio de labores, el Congreso de la Ciudad de México, omitió elaborar la normativa de funcionamiento de la diputación migrante, lo que provoca un vacío legal en esta figura de representación ciudadana.

A su llegada a este órgano legislativo, Raúl Torres, primer diputado migrante de la capital, enfrentará la carencia de regulación y derechos, principalmente, en “la manera en que va a poder legislar a distancia, cómo va a votar, si tendrá prerrogativas o algún apoyo”.

Por lo anterior, al culminar el proceso electoral, el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) lanzó un llamado al Congreso capitalino para regularizar esta figura y evitar problemas a futuro.

Asimismo, pidió realizar los cambios necesarios en la ley para que los debates organizados por este órgano electoral sean obligatorios para todos los candidatos a un puesto de elección popular.

Por su parte, el legislador panista, Federico Döring puntualizó que esta figura se creo por la última legislativa de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), es decir, tiene más de tres años de existencia.

En tanto, los legisladores morenistas, Ricardo Ruiz y Ricardo Fuentes han presentado iniciativas para crear un marco normativo que establezca la manera en la que desarrollará sus actividades.

En los que se establece que el diputado migrante puede participar en sesiones remotas, desde su lugar de residencia, aún cuando el resto del Congreso tenga sesiones presenciales.

Así como, la manera en que residentes en el extranjero comunicarán sus ideas al legislador migrante en turno.