El polaco Robert Lewandowski reafirmó su relevancia en el Bayern Múnich, al que llevó hacia el título de la Supercopa, después de reducir la influencia en el Borussia Dortmund del noruego Erling Haaland, y honrar, de paso, a una leyenda como Gerd ‘Torpedo’ Muller.

El duelo que prolongó la dictadura del club bávaro en el fútbol germano con la conquista de su novena Supercopa fue asumido como un homenaje al histórico delantero del Bayern, fallecido el domingo, al que se le honró al inicio del enfrentamiento del Signal Iduna Park.

Y si hay algún jugador que después, a lo largo de los años, se ha situado a la altura numérica de Muller es Robert Lewandowski que no relaja ni su rendimiento ni sus cuentas a pesar de los años.

La puja por el primer título del curso fue contemplado como un duelo de pistoleros. Como un mano a mano entre el polaco, seis veces máximo goleador de la Bundesliga, y el emergente Haaland, que pulveriza récords y que es advertido como el heredero de Lewandowski. El más firme valor para cuestionar la hegemonía de su adversario.

  • No hubo dudas. El polaco firmó dos de los tres tantos del Bayern y fue decisivo. El noruego estuvo desaparecido muchos minutos, apareció esporádicamente y no nutrió la cuenta de resultados de su equipo, que le buscó insistentemente en la segunda mitad, cuando regresó al partido. Lewandowski ganó el duelo.