El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA o ONU-Medioambiente) proclamó hoy el fin oficial de la gasolina con plomo en el mundo, un parteaguas que prevendrá más de 1.2 millones de muertes prematuras al año.

El uso de gasolina con plomo terminó a nivel mundial el pasado julio, cuando las estaciones de servicio de Argelia dejaron de suministrar ese combustible.

Desde 1922, el uso de plomo tetraetílico como aditivo de la gasolina para mejorar el rendimiento del motor ha sido una «catástrofe para el medioambiente y la salud pública», señaló el PNUMA en un comunicado emitido desde su sede en Nairobi.

En la década de 1970, casi toda la gasolina producida en el mundo contenía plomo y, cuando ONU-Medioambiente inició su campaña para eliminar el plomo en 2002 a través de la llamada Alianza para Combustibles y Vehículos Limpios (PCFV, en sus sigas en inglés), era «una de las más graves amenazas ambientales para la salud humana».

El año 2021 marca, pues, el fin de la gasolina con plomo en todo el mundo, después de haber contaminado aire, polvo, suelo, agua potable y cultivos alimentarios durante la mayor parte de un siglo.

El combustible causa, además, enfermedades cardíacas, apoplejías y cáncer, y también afecta el desarrollo del cerebro humano, con especial daño para los niños.

Ahorro

Según el PNUMA, el fin de la gasolina con plomo no solo evitará «más de 1,2 millones de muertes prematuras al año», sino que implicará un ahorro para la economía mundial de 2,44 billones de dólares (2,07 billones de euros al cambio actual).

«La aplicación con éxito de la prohibición de la gasolina con plomo es un gran hito para la salud global y nuestro medioambiente», afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

«Al superar un siglo de muertes y enfermedades que afectaron a cientos de millones (de personas) y degradaron el medioambiente en todo el mundo, estamos fortalecidos para cambiar la trayectoria de la humanidad para mejor a través de una transición acelerada hacia vehículos limpios y movilidad eléctrica», subrayó Andersen.

A pesar de este avance, advirtió el PNUMA, el rápido crecimiento de la flota mundial de vehículos sigue contribuyendo a la amenaza de la contaminación del aire, el agua y el suelo, así como a la crisis climática global.

El sector del transporte, de hecho, es responsable de casi una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionados con la energía y se prevé que crezca hasta un tercio para 2050.

La amenaza de los combustibles fósiles

Si bien muchos países ya han iniciado la transición a los automóviles eléctricos, unos 1.200 millones de vehículos nuevos saldrán a la carretera en las próximas décadas, y muchos de ellos utilizarán combustibles fósiles, especialmente en los países en desarrollo, de acuerdo con ONU-Medioambiente.

Ese panorama incluye millones de vehículos de segunda mano de mala calidad exportados desde Europa, Estados Unidos y Japón a países de ingresos medios y bajos, lo que contribuye al «calentamiento del planeta y al tráfico contaminante del aire».

De acuerdo con Andersen, «la combinación de vehículos y combustibles más limpios puede reducir las emisiones (de gases) en más del 80%».

En reacción al anuncio del PNUMA, Greenpeace en África señaló que «el fin de la gasolina con plomo es más que una celebración del fin de una era tóxica», pues se trata de «un testimonio de la capacidad del mundo para lograr un objetivo común juntos».

«Muestra claramente que si podemos eliminar uno de los combustibles contaminantes más peligrosos del siglo XX, podemos eliminar por completo todos los combustibles fósiles», remarcó Thandile Chinyavanhu, activista de Greenpeace para Clima y Energía en Sudáfrica.