El Gobierno de la Ciudad de México inauguró este lunes las ventanas arqueológicas en el centro de la capital mexicana con motivo de los 500 años de la conquista de los españoles y la caída de Tenochtitlan para mostrar el «pasado glorioso» de esta urbe.

Durante la apertura oficial de las ventanas del Templo de Ehécatl, Tzompantli y Casa del Marqués del apartado, la alcaldesa capitalina, Claudia Sheinbaum, señaló que estas ventanas son «muestra el pasado glorioso de la Ciudad de México».

Afirmó que prefieren llamar a los 500 años de la caída de Tenochtitlan como «los 500 años de resistencia en homenaje a las culturas prehispánicas» pero también, a la resistencia de los pueblos originarios de las grandes culturas que existen hoy en México.

«Y que han sobrevivido gracias a que no hubo una conquista total y por eso son 500 años de resistencia y 200 años del México independiente que también celebramos ya en este septiembre», apuntó y recordó que es fundamental esta revisión de la historia y el rescate de la memoria histórica.

«No podemos pensar en el futuro si no sabemos de dónde venimos, de esa grandeza de las culturas de México», refirió.

Señaló que las ventanas arqueológicas muestran la grandeza de la cosmogonía de la cultura mexica, «no esta idea inclusive que muchos aprendemos de que España representaba la civilización frente a la barbarie en la conquista de México».

Las autoridades señalaron que el pabellón es un recuento por los trabajos arqueológicos que han permitido desenterrar y exhibir, en lo posible, aquellos vestigios del antiguo Recinto Sagrado que permanecen en el subsuelo del primer cuadro de la Ciudad de México.

En el acto, en representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas señaló que las «ventanas están abriendo la luz a la antigüedad de esta ciudad, al mismo tiempo que este país está abriendo ventanas y puertas para comunicarse con el mundo”.

Por su parte, la titular de la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, destacó que estas ventanas que hay en el Centro Histórico de la capital mexicana “se van articulando como un gran museo subterráneo» que honra a aquellas raíces resistentes.