El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su llamado al gobierno de Estados Unidos para retirar el bloqueo económico que mantiene sobre Cuba, y celebró la disposición y la voluntad de la isla para mantener su autonomía.

En su discurso previo al desfile militar por el 211 aniversario de la Independencia de México y a unas horas de que inicie la cumbre de la Cellac, en donde países latinoamericanos se pronunciarán por abandonar la OEA, López Obrador lanzó su más osado pronunciamiento en política exterior en lo que va del sexenio, al criticar la política estadunidense contra la isla, pero también al instar al exilio cubano en Florida, al dejar de lado sus diferencias con el régimen comunista.

El mandatario agradeció la participación del presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y sostuvo que, como pocos en el mundo, ha sabido defender con dignidad su derecho a vivir libres e independientes, sin “permitir la injerencia en sus asuntos internos de ninguna potencia extranjera”. 

“Podemos estar de acuerdo o no, con la revolución cubana y con su gobierno, pero haber resistido 62 años sin sometimiento es una indiscutible hazaña histórica. En consecuencia, creo que por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad”, dijo. Añadió que por su ejemplo de resistencia Cube debería ser declarada como patrimonio de la humanidad. A la vez, hizo un llamado respetuoso al gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo contra Cuba, “porque ningún Estado tiene derecho a someter a otro pueblo, a someter a otro país”, insistió.

Incluso usó una frase de George Washingotn para respaldar su postura y alegar que las naciones no deben de aprovecharse del infortunio de otros pueblos, “dicho con toda franqueza: se ve mal que Estados Unidos utilice el gobierno para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno”, agregó.

López Obrador reiteró que si dicha estrategia tuviese éxito, se convertiría en un triunfo vil y canallesco, en una mancha “de esas que no se borran ni con toda el agua de los océanos”. Por ello, pidió que exista entendimiento, respeto mutuo y la libertad sin condiciones ni prepotencia entre las naciones.

Asimismo, recordó que este tipo de acciones ya se habían implementado con anterioridad en la Unión Americana, pues el presidente Jimmy Carter decidió devolverle a Panamá el canal y su soberanía.

Para finalizar, y en un hecho sin precedentes, remató su discurso lanzando vivas a México y a Cuba: “¡Que viva la independencia de México! ¡Que viva la independencia de Cuba! ¡Que viva la independencia de todos los pueblos del mundo! ¡Que viva la fraternidad universal!”