La lava que emana del volcán de la isla española de La Palma cae al agua en un caudal continuo y este jueves sigue ganando terreno al mar, al tiempo que se prevé un deterioro en la calidad del aire por cambios en los vientos.

Por ello, los expertos piden a la población más cercana al volcán que extreme las precauciones, sobre todo a partir del viernes, y en la población de Tazacorte ya se han medido valores altos de dióxido de azufre -por encima de las normativas sobre calidad del aire, aunque sin suponer un peligro para la salud- y hay olor a huevos podridos.

En este municipio, donde el martes la colada de lava alcanzó el mar, se han medido puntualmente 500 microgramos de dióxido de azufre (SO2) por metro cúbico, aunque esta cota ha bajado ya a 300.

Ahora se considera que el problema puede extenderse a Los Llanos de Aridane (los valores se sitúan en unos 100 microgramos por metro cúbico) y El Paso, por lo que se recomiendan precauciones especiales: permanecer en interiores, salvo necesidad, y utilizar mascarillas FFP2, sobre todo las personas con afecciones respiratorias, los ancianos, los niños y las embarazadas.

Este aumento de las mediciones coincide con un incremento de las emisiones de SO2 desde el volcán, a 7.149 toneladas diarias, un valor relativamente alto.

Cascadas

Mientras tanto, el magma fluye al océano en un caudal continuo, cae en forma de cascada y ha creado en la base del acantilado un delta con un frente amplio que ha alcanzado la cota de 24 metros en profundidad marina, según el Instituto Geográfico Nacional de España.

Desde que la lava alcanzó el mar, la colada principal presenta «cierta estabilidad», con «desbordes en algunos puntos» y «algún dedo que se ha separado del eje principal», pero la tendencia es hacia la canalización del magma, de acuerdo con el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).

Y en el área de contacto del magma con el agua se forma una nube de vapor de agua y gases posiblemente tóxicos, un «penacho marino» que, de momento, se concentra en una pequeña área.

Si bien el proceso eruptivo sigue su actividad, el resto de coladas están prácticamente inactivas, aunque desde esta mañana se ha constatado la aparición de un campo fumarólico en el flanco noreste.

La estabilidad en la colada ha permitido acceder a los agricultores a sus fincas, dar de comer al ganado o que los evacuados pudieran ir a sus casas por razones de urgencia a recoger algo.

Las personas evacuadas por la actividad del volcán de Cumbre Vieja se sitúan en unas 6.000, mientras se mantiene el confinamiento en las poblaciones de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa, así como las zonas de exclusión de 2,5 kilómetros alrededor del cono volcánico y de 2 millas marinas.

Ante esta situación, el Gobierno regional del archipiélago de las Canarias ha aprobado un decreto ley con exenciones fiscales para los afectados, como un Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) «cero» a la compra de inmuebles, terrenos y vehículos y la condonación de las tasas de patrimonio y de donaciones y sucesiones.

Casi mil edificaciones afectadas

Según los últimos datos del sistemas de satélites europeo de monitorización terrestre Copernicus, desde que el volcán entrara en erupción el 19 de septiembre la lava cubre 338,3 hectáreas, incluido el terreno que ha ganado al mar desde la noche del día 28, mientras la ceniza se extiende por 1.752,8 hectáreas.

Hay ya 981 edificaciones afectadas, de ellas 855 destruidas, y daños en 29,8 los kilómetros de carreteras, de los cuales 27,4 están asolados.

La altura actual de la nube de cenizas es de 5.000 metros sobre el nivel del mar.

En cuanto a la sismicidad, los expertos de Pevolca indican que esta se mantiene en la misma zona de días anteriores y a profundidades de más de diez kilómetros, con un terremoto de magnitud 3,3 sentido con intensidad 2 como medición máxima, y también hay movimientos más superficiales en torno al núcleo de la erupción.

El tremor es estable, aunque en algunas zonas cercanas al cono es de alta frecuencia y las deformaciones mantienen un patrón estable.

El Instituto Geográfico Nacional ha localizado dieciocho terremotos en la zona sur de la isla, cuatro de ellos sentidos muy débilmente por la población.