El Líbano se quedó este sábado sin suministro eléctrico público después de que dos plantas de energía dejaron de operar en las últimas 24 horas por falta de combustible, apagando del todo este servicio que venía proporcionando solo una o dos horas de luz cada día a los hogares.

El cese de operaciones en las plantas de Deir Amar (norte) y Zahrani (sur) hizo disminuir el suministro a menos de 270 megavatios y, en consecuencia, la red «al completo» dejó de funcionar, informó la compañía eléctrica estatal, Electricité du Liban (EDL), según la Agencia Nacional de Noticias.

Desde hace varios meses, el suministro eléctrico público ha sido muy limitado, por lo que la población depende de la contratación de generadores privados, también operados con combustible y cuyo precio se ha disparado por la escasez generalizada de carburantes.

EDL explicó que «en estos momentos» no puede hacer nada para volver a poner la red en funcionamiento debido a «las difíciles condiciones operativas», «la baja capacidad de producción» y «la existencia de importantes estaciones de transferencia fuera del control de la institución».

Sin embargo, la compañía está estudiando la posibilidad de adquirir una cantidad limitada de carburante que le permita elevar el suministro a 500 megavatios y restaurar el flujo en la red eléctrica durante unos días, de acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias libanesa.

Está previsto que un cargamento de fuelóleo llegue esta noche al Líbano, pero su contenido no terminará de ser descargado hasta principios de la próxima semana y las autoridades están esperando el visto bueno de un laboratorio emiratí que debe determinar si es apto para ser utilizado.

Está previsto que a finales de mes el Líbano reciba un nuevo envío de gasóleo pesado como parte de un acuerdo con Irak para el intercambio de un millón de toneladas anuales de este carburante a cambio de servicios, precisó EDL.

El pequeño país mediterráneo está sumido en una de las peores crisis económicas ocurridas en el mundo en más de un siglo y medio, y registra una fuerte escasez de productos y servicios básicos como medicinas, materiales médicos, carburantes, electricidad y agua corriente.