Panamá y su entrenador Thomas Christiansen han demostrado a lo largo de estas seis fechas del octogonal final de la Concacaf rumbo al Mundial de Catar 2022 solo tener un plan A para afrontar el torneo de selecciones.

En los seis partidos que se han jugado, Christiansen deja claro que tiene la base del equipo que lo puede llevar a Catar, pero no los relevos efectivos que le pueden servir de salvavidas en cualquier caso de abolladura del casco de la nave llamada Panamá.

Van tres convocatorias de 27 jugadores (solo usa 24 para los partidos) para afrontar los juegos y esos relevos no se han visto, repitiendo la misma alineación, salvo algunos cambios en todos los partidos, por temas obligatorios, como una lesión o contagio de la Covid-19.

Y a Christiansen, que ha dejado plantada una idea de juego efectiva y que gusta a muchos por su atrevimiento y buen manejo de balón, esta falta de rotación puede derivar en un grupo cansado y predecible.

La rotación de jugadores panameños no es elástica y el cambio de una ficha, puede ser catastrófico para el funcionamiento del elenco.

En estos tres partidos no pudieron contar con Adalberto Carrasquilla en el medio campo y con Andrés Andrade en la zaga, eso obligó al estratega a probar otros jugadores, a ver si resultaban.

Contra El Salvador, en donde los panameños tropezaron con un equipo bastante rústico, el timonel tiró mano de Abdiel Ayarza, pero el jugador del Cienciano peruano es más fuerza que técnica y esto no le funcionó.