El Grupo de los 20 (G20) se comprometió a reducir las emisiones de carbono para mediados de este siglo, al concluir una cumbre de dos días que sirvió de preparativo para la conferencia climática que tendrá lugar en Glasgow, Escocia.
Según el comunicado final, las 20 principales economías del mundo se comprometieron también a cesar el financiamiento público de generación de electricidad a base de carbón en el exterior, pero no a nivel interno, un claro mensaje a los dos países más contaminantes del mundo: China e India.
El G20, que en su conjunto representa más de tres cuartas partes de las emisiones de gases de todo el mundo, ha estado buscando maneras de reducir emisiones y al mismo tiempo ayudar a los países pobres a lidiar con las repercusiones del cambio climático.
Sin dicho acuerdo podría faltar el ímpetu necesario para la cumbre de Glasgow, donde también estarán representadas las naciones más pobres y más vulnerables a la elevación del nivel de los mares, la desertificación y otros efectos del cambio climático.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, les dijo a los líderes antes de la última sesión de trabajo del domingo que necesitaban establecer metas a largo plazo y hacer cambios a corto plazo para alcanzarlas.
«Debemos acelerar la eliminación gradual del carbón e invertir más en energía renovable», agregó. «También debemos asegurarnos de utilizar los recursos disponibles de manera inteligente, lo que significa que deberíamos ser capaces de adaptar nuestras tecnologías y también nuestros estilos de vida a este nuevo mundo». Por su parte, el príncipe Carlos de Gran Bretaña instó a los líderes a escuchar a los jóvenes y advirtió que «es literalmente la última oportunidad».
«Es imposible no escuchar las voces desesperadas de los jóvenes que los ven como los custodios del planeta, que tienen la viabilidad de su futuro en sus manos», agregó Carlos. Según el comunicado, el G20 reafirmó los compromisos de los países ricos de movilizar 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países más pobres a hacer frente al cambio climático y se comprometió a aumentar la financiación para ayudarlos a adaptarse. Un punto de fricción clave seguía siendo la fecha límite para alcanzar la neutralidad de carbono o emisiones «netas cero», es decir, un equilibrio entre los gases de efecto invernadero añadidos y los eliminados de la atmósfera.
Al ir a la cumbre, Italia casi había admitido que solo sería capaz de asegurar compromisos para alcanzar emisiones netas cero «a mediados de siglo», en lugar de un año específico. El comunicado final parecía aún más débil, donde se reconoce «la importancia clave de lograr cero emisiones netas o neutralidad de carbono a nivel mundial para mediados de siglo o alrededor de él».