La agencia Fitch ratificó este miércoles la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva “estable”, aunque advirtió de “un débil crecimiento” al prever un aumento de 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021, menor al pronóstico del gobierno.

«La calificación está constreñida por débil gobernanza, débil crecimiento a largo plazo, la continua intervención política que afecta los prospectos de inversión, y las implicaciones en las finanzas del Gobierno por su estrategia para aliviar la carga fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex)”, indicó la agencia.

Al inicio de la pandemia y la crisis internacional de los precios del petróleo, en marzo y abril de 2020, las tres grandes calificadoras internacionales, Standard & Poor’s (S&P), Fitch y Moody’s, bajaron la calificación crediticia de México.

Pero este año las han mantenido en el mismo nivel: Moody’s en Baa1, Fitch en BBB- y S&P en BBB, hasta ahora.

La calificación de México está apoyada por un marco prudente de política macroeconómica, finanzas externas robustas y estables, y un porcentaje de deuda/PIB estable”, resaltó Fitch en su reporte.

Aunque la administración federal espera repuntar más de 6 por ciento este 2021, Fitch pronosticó 5.9% para 2021 y 2.8% para 2022.

La calificadora recordó la contracción trimestral de 0.2% que afrontó el PIB de julio a septiembre de este año, según la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La agencia reconoció que la vacunación en México “mitiga riesgos futuros de la pandemia”, con un 47% de toda la población completamente vacunada.

Sin embargo, advirtió que el crecimiento pospandemia a mediano plazo “continúa obstaculizado principalmente por la inquietud de los inversionistas por el ruido político, la débil calidad de la gobernanza y el bajo crecimiento de la productividad”.

En particular, señaló la iniciativa de reforma eléctrica del presidente Andrés López para limitar a 46 por ciento la participación privada en la generación eléctrica.

Un patrón de intervención de política microeconómica en los mercados y una desconfianza en los entes reguladores autónomos continúan afectando el clima de inversión y la calidad de gobernanza de México, aunque el principal foco sigue siendo el sector energético”, indicó Fitch.

Pese a las advertencias, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presumió que la decisión de Fitch “destaca una deuda pública baja comparada con la de economías similares, finanzas públicas robustas y un marco de política macroeconómica sólido”.

Esta ratificación ayuda a preservar el acceso favorable para el sector público y privado a los mercados financieros internacionales y nacionales”, aseguró Hacienda en un comunicado posterior.