Moscú, 21 nov (EFE).- Los cerca de 2.000 migrantes que intentan cruzar la frontera bielorruso-polaca llevan dos semanas varados sin visos de una solución y sobreviven en unas condiciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó hoy de «difíciles».
«La situación en la frontera bielorruso-polaca puede calificarse cuanto menos de difícil, lo que genera una gran preocupación», señaló Gerald Rockenschaub, quien encabeza una misión de expertos de la Oficina Regional de la OMS para Europa que visitó hoy el centro logístico y de transporte de Bruzgui que acoge a los migrantes.
La delegación visitó el interior de la nave industrial y los exteriores y conversó con algunos migrantes indocumentados para interesarse por su estado de salud y las condiciones sanitarias de las instalaciones.
Según la ONU, actualmente hay 1.833 personas refugiadas en el centro logístico que las autoridades bielorrusas abrieron el martes.
En su mayoría proceden de Oriente Medio y la Unión Europea (UE) acusa a Minsk de llevarlos masivamente a la frontera exterior de los Veintisiete para tratar de desestabilizar al club comunitario.
RESFRIADOS Y ENFERMEDADES CRÓNICAS
Rockenschaub indicó que los refugiados se quejaron sobre todo de su estado de salud y que algunos de ellos sufren enfermedades crónicas, según la agencia oficial bielorrusa, BELTA.
Uno de ellos le mostró un vídeo para denunciar el uso por parte de los efectivos polacos el martes de gas lacrimógeno en el puesto de control fronterizo para dispersar un asalto de los migrantes.
«Nadie puede dormir de noche por las toses y los lloros de los niños. Tenemos una situación muy, muy mala aquí. Por favor pase ese mensaje a todo el mundo», se dirigió en ingles a Rockenschaub.
Uno de los médicos con los que habló la delegación de la OMS explicó que la mayoría de los migrantes se queja de resfriados tras días acampados en el bosque cercano a la frontera y de presión en la zona del pecho.
Liudmila Keda, jefa del Departamento de Salud de la región de Grodno, donde se encuentra la nave industrial de Bruzgui, afirmó que un centenar de personas han tenido que ser trasladados a un hospital, principalmente por neumonías y exacerbación de diabetes.
También aseguró que, a la vista de las necesidades sanitarias, se han enviado dos ambulancias al centro logístico para atender a los migrantes, especialmente a los niños y las mujeres embarazadas.
Rockenschaub indicó a los medios que la organización puede ayudar en el suministro de medicamentos y equipamiento médico, así como en la instalación de infraestructuras médicas.
«Estamos movilizando nuestra asistencia (…) con nuestros socios, la ONU, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Cruz Roja, entre otros», recalcó.
La visita de la OMS se produjo un día después de la que hicieron el jefe en Bielorrusia de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Mulusew Mamo, y su compañera de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Mahym Orazmuhamedova.
NUEVOS INTENTOS DE CRUCE
ACNUR instó al régimen de Alexandr Lukashenko a trasladar a los migrantes a unas instalaciones adecuadas.
«Este es un alojamiento de emergencia y seguimos abogando por la reubicación de las personas varadas en la frontera a lugares de recepción seguros y adecuados donde se les pueda proporcionar la asistencia y el asesoramiento adecuados», señaló en un comunicado.
Rockenschaub quiso saber si hay aún grupos de migrantes en la frontera, donde Polonia continúa registrando a diario intentos de cruce ilegal y cuyas autoridades acusan a Minsk de haber cambiado de táctica en las últimas jornadas.
Ahora, afirma Varsovia, las fuerzas bielorrusas llevan a grupos más pequeños de personas a diversos puntos de la frontera.
El sábado hubo otros 208 intentos de llegar a la UE por parte de los migrantes, según la Guardia Fronteriza polaca.
Yuri Karáev, exministro del Interior de Bielorrusia y actual asistente del presidente Alexandr Lukashenko e inspector para Grodno, aseguró que ya no hay grupos en la frontera, pero sí personas que intentan cruzar a Polonia.
Los representantes de la OMS preguntaron asimismo si hay migrantes que han expresado su deseo de regresar a sus países, después de la repatriación la semana pasada de más de 400 iraquíes.
El asesor aseguró que la Guardia Fronteriza y voluntarios preguntan a los migrantes por sus planes, pero que «hasta ahora no hay muchos que expresan su voluntad de regresar».
«La mayoría quiere ir a Alemania», les explicó Karáev.
Señaló que desconoce cuánto tiempo más puede durar esta situación. «Hasta que nuestros líderes resuelvan el problema», contestó a una pregunta de la delegación de la OMS. EFE