Nueva Zelanda no aprobó una Ley de Eutanasia para los enfermos graves de covid-19 ante el elevado número de hospitalizaciones y tampoco incentiva a los médicos para que practiquen la muerte asistida a esos infectados, como afirman diversos medios y usuarios de redes sociales.

Numerosas publicaciones en redes aseguran que en Nueva Zelanda se aprobó una ley de eutanasia «para pacientes con covid», a raíz del titular de un medio católico neozelandés y de una afirmación de la web anti-eutanasia The Defender, que, tras consultar al Ministerio de Sanidad de ese país, extraía la conclusión de que los pacientes de covid «podrían ser elegibles» para la muerte asistida.

Asimismo, circularon en internet múltiples comentarios a raíz de un vídeo publicado por un medio de comunicación español en el se aseguraba que el Gobierno neozelandés «paga a los médicos un bono de 1.087 dólares más los gastos de viaje por prestar el servicio de la eutanasia a pacientes graves por coronavirus».

HECHOS: La Ley de Eutanasia neozelandesa, en vigor desde el 6 de noviembre de 2021 aunque fue aprobada por el Parlamento en 2019, no está pensada para su aplicación a enfermos graves de covid, y establece una ayuda de 1.087,20 dólares (unos 650 euros) para que médicos y enfermeros afronten gastos exigidos por el procedimiento de muerte asistida, no como un plus salarial para incentivarla.

Ayudas para costes de asistencia

Los 1.807,20 dólares neozelandeses previstos en la regulación oficial de la muerte asistida corresponden a unas ayudas que médicos y enfermeros pueden solicitar por conceptos concretos y justificados en relación a servicios como asesoramiento al registrador o administración de medicamentos.

También pueden los profesionales sanitarios recibir compensaciones a sus gastos de viaje cuando esos desplazamientos sean necesarios para proporcionar eutanasia a un enfermo con derecho a recibirla y se compruebe que Los costes están debidamente justificados y razonados.

En ambos casos, se trata de ayudas con las que el Estado financia el servicio de eutanasia con el objetivo de garantizar que sea «accesible a todos los que cumplan las condiciones para solicitar la muerte asistida», según aclaran fuentes del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda consultadas por EFE.

La norma, aprobada definitivamente el 17 de octubre de 2020 en un referéndum vinculante, permite que un médico administre una droga letal a un adulto al que le quede un máximo de seis meses de vida y sea víctima de una enfermedad terminal insufrible, siempre y cuando lo haya solicitado de forma consciente y voluntaria, según estipula la denominada «Ley de Elección para el Final de la Vida».

Asimismo, los médicos desplazados para administrar la eutanasia pueden recibir una compensación por los costes del viaje «para facilitar el acceso al servicio en áreas rurales y regiones con un bajo número de médicos disponibles», tal como precisa el documento sobre «financiación y pago del servicio de muerte asistida» del Ministerio de Sanidad neozelandés.

La ley no es para pacientes covid

La desinformación surgió a raíz de un artículo publicado por The Defender, una web neozelandesa dirigida por un movimiento «provida» que considera que «la Ley de Elección para el Final de la Vida conducirá directamente a la muerte injusta de personas vulnerables».

El editor de este digital, Henoch Kloosterboer, preguntó directamente al Ministerio de Sanidad si un paciente gravemente hospitalizado por coronavirus podía ser «potencialmente elegible» para la eutanasia cuando su pronóstico de vida fuera inferior a seis meses y se pudiera utilizar así este recurso «para rebajar la presión hospitalaria» en el país.

En una de sus respuestas, el Gobierno indicaba que un paciente de covid «podía ser elegible para la muerte asistida si cumple con los requisitos», lo que dio pie a malinterpretaciones por parte de los críticos con la nueva norma.

Sin embargo, las fuentes del Ministerio de Sanidad consultadas por EFE insisten en dejar claro que Nueva Zelanda «no ha aprobado la eutanasia para personas con coronavirus» y subrayan que los medios y perfiles en redes sociales que sostienen esa falsedad difunden información engañosa.

Además, el ministerio neozelandés de Sanidad recalca que la eutanasia «no reemplaza los cuidados paliativos ni los servicios de atención médica», sino que proporciona «otra opción para personas con una enfermedad terminal en determinadas circunstancias».