Unos 400 soldados rusos ocupan y controlan la planta nuclear de Zaporizhzhia, la más grande de Europa, situada en el sur de Ucrania, informó este sábado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena.

Según explicó Petro Kotin, presidente de Energoatom, el operador de la planta, los militares rusos están «presentes a tiempo completo en el lugar», indicó el OIEA en un comunicado.

Además, la central nuclear sigue bajo el control del comandante de las fuerzas militares rusas.

En ese sentido, Ucrania aseguró al OIEA que Rusia prevé tomar el control total y permanente de la central bajo la gestión de la empresa estatal nuclear Rosatom, algo que las autoridades rusas desmintieron al organismo.

Según Kotin, la dirección de la central de Zaporizhzhia debe coordinarse con las fuerzas rusas en todas las cuestiones operativas, incluidas las técnicas.

El personal de la central está cambiando de turnos de forma regular, mientras que algunos expertos rusos han llegado al lugar para evaluar la situación de la radiación, señaló el OIEA.

El ejército ruso ocupa y controla desde el pasado 4 de marzo la central de Zaporizhzhia y desde el 24 de febrero la antigua planta de Chernóbil, donde en 1986 se produjo el mayor accidente nuclear de la historia.

En una llamada telefónica con el director general del OIEA, Rafael Grossi, el director general de Rosatom, Alexei Likhachev, confirmó que un número limitado de expertos de la empresa se encuentran en Zaporizhzhia.

Al mismo tiempo, el gerente ruso negó que Rosatom haya tomado el control operativo y que pretenda poner la planta bajo su propio «sistema de gestión», como afirmó Ucrania.

En cuanto a la situación en Chernóbil, el regulador nuclear ucraniano señaló este sábado que los esfuerzos para reparar las líneas eléctricas dañadas continúan aunque el suministro eléctrico externo sigue cortado desde el 9 de marzo.

Los generadores diésel siguen proporcionando energía a los sistemas de seguridad, incluidas las instalaciones de almacenamiento de combustible gastado.

En su conversación telefónica con Grossi, el jefe de Rosatom dijo que las líneas eléctricas podrían extenderse desde la vecina Bielorrusia para abastecer a Chernóbil.

Además, confirmó que algunos expertos de Rosatom se encuentran en el lugar, donde los 211 empleados ucranianos (técnicos y guardias) siguen cumpliendo el mismo turno desde la toma de control del ejército ruso.

Por eso, Grossi subrayó la necesidad urgente de garantizar que el personal pueda descansar y rotar adecuadamente.

Para agravar la difícil situación, prosigue el OIEA en su nota, las comunicaciones entre la central y el regulador ucraniano se perdieron el 10 de marzo.

Eso sí, el regulador asegura que sigue en contacto con la dirección de Chernóbil -que no está en la planta- y puede proporcionar al OIEA información central.