El ministerio ruso de Defensa anunció que instaurará un «régimen de silencio«, o sea un cese del fuego local, a partir de las 10 horas del jueves (hora local) en el asediado puerto ucraniano de Mariupol para evacuar civiles.
Según esta fuente, esta medida debe facilitar la apertura de un corredor humanitario hacia la ciudad ucraniana de Zaporiyia. «Para que esta operación humanitaria tenga éxito, proponemos realizarla con la participación directa de representantes del Alto comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) y del Comité internacional de la Cruz Roja», agregó el ministerio en el comunicado.
Según las autoridades ucranianas, en la ciudad aún se encuentran unas 160 mil personas, que viven incomunicadas, sin electricidad ni calefacción.
Para ello, Moscú exige a Kiev que garantice por escrito el respeto del cese el fuego antes de las 6 horas del jueves tanto al Ejército ruso como a la Cruz Roja y a representantes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Además debe garantizar la seguridad de las columnas de autobuses con los evacuados por la ruta acordada, ya que, recordó, la carretera entre Mariúpol y el puerto de Berdiansk está siendo atacada desde hace días por unidades ucranianas con mortero y ametralladora.
Mizintsev estima en 111.865 los residentes en Mariúpol evacuados desde el inicio de la «operación militar especial» rusa el pasado 24 de febrero, más de 3.000 sólo en esta última jornada.
Ucrania acusó hoy en Ginebra a Rusia ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU del traslado forzoso de unas 40.000 personas de Mariúpol hasta territorio ruso.
Mientras, Rusia insiste en acusar a los batallones ultranacionalistas ucranianos de utilizar a los civiles como escudos humanos y de impedir la evacuación de 4,5 millones de personas en diferentes ciudades del país.
Mariúpol, donde habrían muerto unas 5.000 personas bajo los bombardeos rusos, según el Ayuntamiento, es el principal objetivo de la actual ofensiva rusa en el Donbás.
La toma de la ciudad sería un paso de gigante en la conquista rusa de la región de Donetsk, garantizaría el control del mar de Azov y también el tendido de un corredor terrestre entre territorio ruso y la anexionada península ucraniana de Crimea.