El impacto de la guerra en Ucrania en los mercados de alimentos, energía y financieros ha desencadenado una «crisis tridimensional» que está golpeando con dureza a los países pobres y que requiere una respuesta urgente, alertó este miércoles la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Según la organización, hasta 1.700 millones de personas -un tercio de las cuales ya viven en la pobreza- están ahora mismo muy expuestas a los problemas que la invasión rusa ha generado en estos tres ámbitos.
La situación se da en un momento que ya era especialmente delicado, dado que muchos de los países con menos recursos están aún muy expuestos a la covid-19 y están teniendo enormes dificultades para recuperarse económicamente de la pandemia.
«Nos enfrentamos a una tormenta perfecta que amenaza con devastar las economías de muchos países en desarrollo», señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, en la presentación de un informe centrado en esta crisis «global» resultante de la invasión rusa de Ucrania.
Precios que se disparan
El estatus de Rusia y Ucrania como dos de los principales productores de cereales del mundo -juntos producen alrededor del 30 por ciento del trigo y la cebada- ha hecho que se disparen los precios de los alimentos a niveles no vistos en muchos años, con un alza del 34 % con respecto al año pasado.
La guerra también ha encarecido enormemente los fertilizantes, el gas y el petróleo, propulsando la inflación en todo el mundo y, en los países menos desarrollados, haciéndose notar ya con un aumento del hambre y la malnutrición.
«Las poblaciones vulnerables están particularmente expuestas a estos movimientos en los precios, dado que dedican una mayor proporción de sus ingresos a comida y energía», señala el informe de la ONU, que recuerda además que los países más pobres tienden a ser importadores netos de alimentos.
Problemas para los más pobres
El problema se acentúa por la incapacidad para asistir a la población que sufren en este momento muchos Gobiernos, sin espacio fiscal, ahogados por el pago de deuda y con unos precios prohibitivos para financiarse en los mercados, que no han hecho más que empeorar desde el inicio de la guerra.
«Esto esta poniendo en marcha un posible círculo vicioso de inflación y estancamiento», advirtió Guterres, que recalcó que ese fenómeno de la «estanflación» es algo que el mundo no puede permitirse.
Según el portugués, «las personas más vulnerables del mundo no pueden convertirse en daño colateral de otro desastre por el que no tienen ninguna responsabilidad».
Por ello, Naciones Unidas creó tras el inicio de la guerra en Ucrania un grupo de trabajo formado por numerosos altos cargos, cuyas primeras propuestas están contenidas en el informe presentado hoy.
Las recetas de la ONU
En el ámbito alimentario, la organización pide apartarse del proteccionismo y actuar para frenar la volatilidad en los mercados, entre otras cosas liberando productos de las reservas de alimentos que mantienen muchas naciones y levantando barreras comerciales.
«El acaparamiento y los movimientos especulativos amenazan el suministro de comida y en tiempos de crisis necesitamos solidaridad», señaló durante la rueda de prensa la secretaria general de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan.
En energía, la ONU plantea que a corto plazo también se liberen reservas de crudo para estabilizar los precios y haya medidas para facilitar que los países y ciudadanos en situaciones más precarias puedan pagar por el combustible que necesitan.
En el caso de las subvenciones a los combustibles, la organización pide que sean solo para quienes verdaderamente lo necesitan y no «universales», en especial en los países con menos recursos.
También reclama que se prueben nuevas medidas para reducir la demanda, por ejemplo acelerando las inversiones para mejorar la eficiencia energética previstas en Europa.
A medio plazo, pide una apuesta más decidida por las renovables y el fin progresivo del uso del carbón y otros combustibles fósiles.
En el ámbito de las finanzas, la prioridad para la ONU es rescatar cuanto antes a los países en desarrollo que están al borde del abismo, es decir, en peligro de caer en impagos o de ver cómo sus economías se van a pique por la falta de recursos.
Guterres insistió en que el sistema financiero internacional tiene dinero de sobra para hacer eso y debe usar todas las herramientas para apoyar a quienes lo necesitan.
Según aseguró, es «crucial» que todos los países entiendan eso de forma urgente, para que haya ya decisiones en las próximas reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.