El este de Sudáfrica, que viene registrando devastadoras inundaciones desde el pasado lunes y que han ocasionado ya 395 víctimas mortales, se encuentra en «alerta máxima» tras las previsiones de nuevas fuertes lluvias en la zona, informaron hoy las autoridades.

«Hemos recibido del Servicio Meteorológico de Sudáfrica indicaciones de que podrían producirse más lluvias en amplias zonas de la provincia (de KwaZulu-Natal)», declaró el consejero provincial de Gobierno Cooperativo y Asuntos Tradicionales, Sipho Hlomuka.

«Según el aviso que hemos recibido, se prevén vientos dañinos en zonas de la costa desde el mediodía de hoy hasta la noche del sábado» así como «lluvias torrenciales», agregó Hlomuka.

El consejero indicó que los equipos de gestión de catástrofes se encuentran «en alerta máxima para responder a las comunidades que se sabe que están en alto riesgo» y evitar o minimizar el impacto.

Las últimas cifras oficiales registradas hoy ascienden a 395 las víctimas mortales, la mayoría de ellas en el área metropolitana de Durban, la urbe más poblada de KwaZulu-Natal y la tercera más grande de Sudáfrica.

Siete mil personas sin hogar

Igualmente, alrededor de 40.723 habitantes han debido desplazarse en esta zona, donde el agua ha anegado viviendas y dejado incomunicados a muchos ciudadanos, sin electricidad y sin agua corriente.

Además, el jefe de Gobierno de KwaZulu-Natal, Sihle Zikalala, señaló este jueves que casi 7.000 personas se habían quedado sin hogar.

Según cálculos del alcalde de Durban (denominada oficialmente eThekwini), Mxolisi Kaunda, solo en esa municipalidad los daños se cuantifican en 757 millones de rands (unos 50 millones de euros).

Las tareas de emergencia en la zona, que fue declarada en estado de desastre, continúan y más de 4.000 miembros de las fuerzas del orden han sido desplegados para apoyar los esfuerzos de socorro.

Tras la visita a los afectado el pasado día 13 por parte del presidente, Cyril Ramaphosa, hoy se desplazaron hasta la zona los ministros de Agua y Saneamiento, Senzo Mchunu; Transporte, Fikile Mabalula, y Asentamientos Humanos, Mamoloko Kubayi.

En su discurso en una iglesia de Mpumalanga (este) durante una misa del Viernes Santo, el presidente sudafricano calificó las inundaciones en KwaZulu-Natal como una catástrofe de enormes proporciones que el país no ha visto antes y ocasionada por el cambio climático, según recogió el medio local Times Live.

«Es un acontecimiento trágico y el dolor y el sufrimiento que sentirán los habitantes de KwaZulu-Natal afectados durará años, porque algunos de ellos acaban de ver cómo el río se llevaba a sus familiares, mientras observaban. Sin poder rescatarlos, alargando la mano para sujetarlos, pero la fuerza del agua se los llevó. Ha sido un momento muy, muy triste para nuestro pueblo», dijo Ramaphosa.

Desequilibrio ecológico

Por su parte, en declaraciones recogidas hoy por el medio local Business Day, Zikalala dijo que «tanto el momento como la gravedad de la catástrofe de las inundaciones sugieren claramente que vivimos en una época de desequilibrio ecológico relacionado con el cambio climático y la degradación del medio ambiente».

El ministro sudafricano de Finanzas, Enoch Godongwana, informó este viernes en declaraciones a la cadena de televisión local Newzroom Afrika de que el Gobierno cuenta con 1.000 millones de rands sudafricanos (unos 63 millones de euros) disponibles de manera inmediata para dar respuesta a las inundaciones.

«Cada año hacemos un presupuesto para emergencias como esta y esa cantidad está disponible, puede utilizarse desde el mismo lunes», declaró Godongwana.

KwaZulu-Natal viene experimentando un aumento de esta clase de fenómenos climáticos en los últimos años.

Los más graves de los tiempos recientes se dieron en 2019, cuando las lluvias torrenciales e inundaciones dejaron unos 80 muertos en esta misma época del año.

Esta provincia lidia aún, además, con la desolación causada por los graves disturbios que Sudáfrica vivió en julio de 2021 y que se vivieron con mayor intensidad precisamente en KwaZulu-Natal, donde se registraron 275 de los 354 muertos que dejaron aquellos incidentes.