La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)  habla de un drama humanitario sin precedentes, el más grave desde la Segunda Guerra Mundial: según sus propios datos, hasta el 9 de abril pasado, la diáspora ucrania superó las 4 millones 503 mil 954 personas.  La invasión  empezó el 24 de febrero, en 45 días de conflicto, de media han salido 100 mil personas diarias de Ucrania. Otras 113 mil  personas se trasladaron a la Federación  de Rusia desde las regiones de Donetsk y Lugansk entre el 21 y el 23 de febrero.

            “Las estadísticas de llegada se compilan a partir de una variedad de fuentes, principalmente datos proporcionados por las autoridades de los puntos fronterizos oficiales. Si bien se ha hecho todo lo posible para garantizar que se verifique toda la información estadística, las cifras de algunas llegadas representan una estimación”, informa el organismo.

            Esta tragedia ha estado marcada por una enorme dosis de melancolía y desesperanza, siendo las mujeres y los niños, los más afectados con familias rotas porque el gobierno del presidente, Volodímir Zelenski, decretó desde el inicio de la invasión que prohibía la salida de Ucrania de todos los hombres desde los 18 hasta los 60 años.

La ACNUR reitera la necesidad de proteger a los civiles, agobiados porque lo han perdido todo y en muchos casos están atrapados dentro del mismo conflicto bélico sin opciones de escape.

Precisamente Naciones Unidas señala que en vista de la emergencia y la magnitud de las necesidades humanitarias de los ucranios está llevándose a cabo una respuesta regional interinstitucional para refugiados en aquellos países que se han visto obligados a acoger al  tsunami humanitario.

Los principales países que están recibiendo refugiados son: Polonia con 2 millones 593 mil 902 ucranios; Rumania con 686 mil 232 personas; Hungría 419 mil 101; Moldavia con 410 mil 882; Federación de Rusia con 404 mil 418; Eslovaquia  con 314 mil 485 y Bielorrusia con 19 mil 096 ucranios.

Por su parte la ONU indica que en vista de la emergencia y la magnitud de las necesidades humanitarias de los refugiados de Ucrania, se está llevando a cabo una respuesta regional  en la que se prioriza la provisión de servicios críticos de protección y asistencia humanitaria, ya que el desplazamiento y las necesidades son cotidianas.

El mayor éxodo es de mujeres y niños y de algunos mayores. Se han dado casos en varias ciudades altamente bombardeadas como Zaporiyia, Bucha, Leópolis, Mykolaiv o Mariúpol de padres que embarcan a sus hijos en los trenes que son la única vía de escape hacia ciudades como Moldavia, Eslovaquia, Hungría, Rumania o Polonia.

A COLACIÓN

            Algunas ONGs como Save The Children advierten en especial de estos casos de niños y adolescentes que viajan solos huyendo de la invasión pero que podrían terminar captados o secuestrados por mafias en Europa del este para la trata de personas y la prostitución.

Las autoridades tanto de la ONU como europeas están en alerta para identificar estos casos, de menores y adolescentes, viajando solos para proveer la protección necesaria. Son muchas las necesidades sobre del terreno, tanto para los países que están acogiendo como para Ucrania que está siendo destruida por los misiles.

            En sus previsiones de marzo hasta agosto, la ACNUR analiza su plan regional de respuesta por Ucrania y estima que serán necesarios 550 millones 649 mil dólares para atender de manera inmediata la asistencia en diversos programas solo para el programa International Organization Migration un total de 100 millones de dólares y para el Alto Comisionado de los Refugiados 240 millones de dólares; entre otros programas más.

            Según la ACNUR, las necesidades urgentes identificadas hasta la fecha incluyen fortalecer y apoyar el acceso a la salud mental y apoyo psicosocial; provisión de artículos básicos y domésticos, incluidos alimentos, asistencia en efectivo sin restricciones, y artículos básicos de socorro; educación y servicios de salud.

            Si bien hace dos meses todavía los analistas internacionales descartaban que Rusia se atreviese a invadir a Ucrania en pleno invierno, lo ha hecho rompiendo todos los cánones militares. El factor sorpresa como un elemento a favor  y que esta vez el Kremlin también intentó capitalizar.

            Para la población civil es un doble sufrimiento porque el éxodo es más difícil sobre todo para quienes llegan cruzando de pie la frontera de Ucrania con varios países. Tienen que sufrir temperaturas gélidas y las casas de recepción improvisadas en los países de acogida deben de tener calefacción y proveerles la ropa de abrigo suficiente.