El legendario extenista alemán Boris Becker, ganador de seis torneos del Grand Slam, fue condenado este viernes por un tribunal británico a dos años y seis meses de cárcel, de los que cumplirá la mitad, por cuatro delitos financieros relacionados con su quiebra en 2017.
La sentencia se conoce después de que el pasado 8 de abril el tribunal de Southwark, en Londres, le hallara culpable de esos delitos, cometidos entre el 21 de junio y el 3 de octubre de 2017.
El jurado consideró probado que el ex número uno del mundo ocultó activos y préstamos por valor de unos 2,5 millones de libras (unos 3 millones de euros) para evitar así pagar sus deudas, que ascienden a unos 50 millones de libras (60 millones de euros).
Tras escuchar el dictamen de la jueza Deborah Taylor, Becker fue conducido a las celdas de la corte para empezar su condena.
Al anunciar su decisión, la magistrada reprochó al deportista que no aprendiera la lección tras recibir una sentencia de prisión suspendida en Alemania en 2002, lo que ha sido considerado «un agravante significativo» en este caso.
«Tengo en cuenta lo que se ha descrito (durante el proceso) como su caída en desgracia. Ha perdido su carrera y reputación y todas sus propiedades como resultado de su bancarrota», declaró la magistrada.
Sin embargo, «no ha mostrado remordimiento ni aceptación de su culpabilidad y ha buscado distanciarse del delito y de la quiebra», añadió.
«Si bien acepto que se ha sentido humillado como parte del procedimiento, no ha mostrado humildad», mantuvo Taylor.
Entre los cargos imputados, el ganador de tres títulos de Wimbledon -el primero a los 17 años, el jugador varón más joven de la historia en conseguirlo- transfirió 427.000 euros de sus cuentas empresariales a otras, como la de su exesposa, Barbara Becker.
También ocultó su participación en una propiedad en su ciudad natal de Leimen, en Alemania, un préstamo de 825.000 euros y acciones en una empresa tecnológica.
El jurado lo absolvió en cambio de otros 20 cargos que pesaban contra él, entre ellos no haber entregado trofeos y medallas que fueron puestos en subasta por un administrador tras su bancarrota.
Al llegar este viernes al tribunal, Boris Becker estuvo acompañado por su pareja, Lilian de Carvalho Monteiro, y Noah, el mayor de sus cuatro hijos.
El tenista fue declarado insolvente el 21 de junio de 2017 a raíz del impago de un préstamo bancario por unos 3,8 millones de euros para rehipotecar una propiedad en la isla española de Mallorca.
En 2002, el alemán, que reside en el Reino Unido desde 2012, ya había sido condenado en su país a dos años de libertad condicional y a pagar medio millón de euros por evasión fiscal entre 1991 y 1993.
En los últimos años, Boris Becker ha compaginado su trabajo como entrenador, ayudando a jugadores como Novak Djokovic, con el de comentarista en medios de comunicación, como hace habitualmente en el torneo de Wimbledon con la cadena británica BBC.