Tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de España están dispuestos a entrar en el renglón de la regulación de las operaciones con cripotactivos. En suma, es una revolución financiera, monetaria y digital ya imparable.
Hace unos días, hablé al respecto con Emanuele Giusto Kantfish, él es autor de Crypto Jungla, un libro que aborda precisamente el universo de los criptoactivos desde el punto de vista de un periodista que ha decidido probar en sus propias carnes las inversiones en criptomonedas.
En 2011, el autor italiano, realizó su primera incursión en el universo cripto y abandonó por desconocimiento, porque no le salió del todo bien, no entendía cómo funcionaba y se hacía un lío con la página, con el wallet y prácticamente con todo.
A partir de esa experiencia, él decidió inmiscuirse en los criptoactivos, conocer desde adentro todo ese universo y lo hizo de la mano de ingenieros y de otros asesores.
De acuerdo con sus palabras, su libro es una aventura amena: “Yo me he sumergido en el sotobosque de la crypto jungla. Sobre todo es un análisis completo del fenómeno, tanto desde una perspectiva social, antropológica, humanística e histórica, como desde un punto de vista práctico”.
Como él lo indica ha detectado la enorme dificultad que tiene la opinión pública para comprender los criptoactivos. Un mundo creado por ingenieros y programadores con una barrera de entrada tecnológica y de comunicación que no hace nada fácil su comprensión.
Giusto Kantfish me explicó que desde noviembre de 2021, lo cripto se ha convertido en la economía más grande del mundo con tres mil millones de dólares en volumen, superando a Apple e inclusive Bitcoin es ya el sexto activo superando a Tesla y a Facebook.
¿Qué es una criptomoneda? Para el Banco de España son monedas virtuales o digitales en forma de criptodivisas o bitcoins usadas como instrumentos de inversión y también como medio de pago que utilizan una tecnología conocida como blockchain o cadena de bloques.
“Es importante que la gente sepa que no es obligatorio aceptarlas como medio de pago de deudas u otras obligaciones; que su circulación es muy limitada; su valor oscila fuertemente, por lo que no pueden considerarse un buen depósito de valor ni una unidad de cuenta estable”, de acuerdo con dicho instituto central.
¿Y un criptoactivo? Fundamentalmente es un activo virtual con un valor de mercado y es totalmente digital e intangible para intercambiarse por bienes, servicios o dinero. Aproximadamente hay cerca de 10 mil criptoactivos.
A COLACIÓN
En el proceso de escribir su libro, Giusto Kantfish, encontró que la gente casi siempre piensa que lo cripto es solo pura y dura especulación en la que o te haces rico o lo pierdes todo y se acabó la historia.
Para él es tan solo una pintura grotesca de lo que está pasando en la realidad porque hay un colectivo mundial que está intentando, de manera absolutamente espontánea, crear algo en lo que cree.
Los criptoactivos, según Giusto Kantfish, facilitan el intercambio de valor entre personas de manera sencilla; el Internet es el intercambio de comunicación, de información y los criptoactivos han concebido un sistema donde intercambiar cosas digitales.
Si bien, hasta el momento, está fuera de las regulaciones de los bancos centrales y tampoco existe un consenso global al respecto, ningún economista descarta que en veinte o treinta años llegue el final del dinero contante y sonante siendo totalmente sustituido no solo como medio de pago, sino también de ahorro e inversión, por las monedas y los activos digitales. Ello traería una alteración absoluta de la política monetaria, de las tasas de interés y de la inflación.
En pleno 2022 ya hay instituciones como el Banco de España, alertando del “crecimiento exponencial de la negociación de criptoactivos” y urge una coordinación internacional al respecto a fin de regular este segmento.
Sin una regulación internacional, ni una supervisión prudencial por parte de algún banco central, las criptomonedas siguen estando fuera de la arquitectura financiera actual; al menos hasta el momento porque ya es tal su volumen que tanto el Banco Central Europeo como el Banco de España están dispuestos a regularlos. El futuro ya está aquí. ¿Y usted, amigo lector, está preparado para los criptoactivos?