La Casa Blanca lamentó este sábado la decisión de los legisladores de Indiana de aprobar una prohibición casi total del aborto, el primer estado en hacerlo después de que el Tribunal Supremo de EE.UU. revocó el fallo de 1973 que protegía ese derecho a nivel federal.
«Es otro paso radical por parte de los legisladores republicanos para robarles a las mujeres sus derechos y libertades reproductivas, y permitir a los políticos tomar decisiones sanitarias en lugar de las mujeres y sus médicos», dijo en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
El viernes, las dos cámaras del Parlamento estatal de Indiana aprobaron un proyecto de ley que prohíbe todos los abortos salvo en casos de violación o cuando corra peligro la vida de la madre.
Está previsto que la norma entre en vigor el 15 de septiembre, después de recibir el visto bueno del gobernador, el republicano Eric Holcomb.
Jean-Pierre reiteró que la decisión de los legisladores de Indiana debe servir como acicate al Congreso estadounidense, actualmente controlado por los demócratas, para aprobar una ley que recupere la protección federal del derecho al aborto eliminada tras la sentencia del Supremo del pasado junio.
Los republicanos de Indiana llevaban semanas trabajando en este proyecto de ley, pero estaban divididos: una mayoría quería prohibir completamente el aborto mientras que una minoría creía que debían establecerse algunas excepciones en caso de violación o incesto.
Finalmente, se incluyeron excepciones por violación, incesto y también en caso de que el feto tenga anormalidades que hagan imposible su supervivencia o esté en peligro la vida de la madre.
Hasta ahora, el aborto era legal en Indiana hasta las 22 semanas de gestación.
A finales de junio, el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, revocó la sentencia «Roe contra Wade», que desde 1973 protegía el derecho a la interrupción médica del embarazo, con lo que acabó con la protección federal al aborto y dio permiso a los estados para fijar sus propias reglas.