El problema del hambre en lugares como el África subsahariana no podrá resolverse con ayuda humanitaria, sino que requiere invertir en nuevas tecnologías que permitan a esas regiones producir los alimentos que necesitan, según aseguró este martes Bill Gates.
«El mundo debe ser generoso y evitar que la gente pase hambre, pero en otro sentido, eso no resuelve el problema más amplio. El objetivo no debería ser solo dar más ayuda alimentaria. Debería ser asegurar en primer lugar que la ayuda no sea necesaria», señala en un ensayo que acompaña un informe sobre desarrollo elaborado por la Fundación Bill y Melinda Gates publicado este martes.
El multimillonario empresario aborda en el texto la actual crisis alimentaria, que en los últimos meses se ha visto agravada por la guerra en Ucrania, y apuesta por la innovación como principal respuesta.
Gates destaca las posibilidades que ofrecen lo que llama «semillas mágicas», productos desarrollados con nuevas tecnologías que permiten el cultivo de plantas más resistentes y adaptadas a climas más cálidos y secos.
Como ejemplo, apunta al éxito de un proyecto que su fundación empezó a apoyar hace 14 años en África y que ha conseguido producir en Kenia un maíz que genera mucho más grano que las variedades clásicas o a nuevos tipos de arroz que se están impulsando en la India y que requieren menos tiempo para crecer.
También al desarrollo de modelos de inteligencia artificial que permitirían identificar los mejores cultivos para cada zona o predecir posibles plagas.
«Es bueno que la gente quiera evitar que otros humanos mueran de hambre cuando conflictos como el de Ucrania interrumpen el suministro de alimentos, pero también tenemos que reconocer que esas crisis son síntomas de un problema más profundo», señala.
Gates recuerda que muchos países no producen aún suficientes alimentos y que la crisis climática está complicando las cosas aún más.
«El desafío no puede resolverse con donaciones, requiere innovación», insiste.